por Dug Brent
¿Cómo podría incidir el tránsito del universo impreso al electrónico, producto del procesador de textos, la comunicación por ordenador y el hipertexto, sobre nuestro sentido de la propiedad del conocimiento? Una de las más importantes características de la tipografía, si hemos de creer a McLuhan y sus secuaces, es la metafórica. No hablamos del uso indagador de la metáfora como clave de lectura del futuro a la luz del pasado, que Heim es tan reacio a aceptar. Estamos hablando de la transferencia metafórica de las características del medio de comunicación de una cultura a otros aspectos de la misma cultura. McLuhan sugiere, por ejemplo, que la reproducción de textos mediante una serie ordenada de unidades tipológicas exactamente repetibles e individualmente insignificantes presenta sorprendentes y estrechas analogías con el modelo de la sociedad industrial avanzada (y tal vez lo abastece), cuya economía está enteramente constituida por pequeños fragmentos de propiedad individual, incluída la intelectual. Este tipo de especulaciones puede extenderse a las aserciones indemostrables por las que McLuhan ha sido justamente criticado. Aún si aceptamos provisionalmente que el medio puede ser a veces la metáfora, podemos tal vez aprender algo más acerca de los efectos de la segunda transformación observando la vía metafórica mediante la cual nos permite conceptualizar el saber.
Uno de los modos más importantes en que opera la metáfora electrónica no consiste tanto en cambiar el procedimiento por el que los escritores producimos saber cuanto en hacer tal proceso más inmediatamente visible a través de los tipos de operaciones que lo permiten y las etapas concretas que atraviesan los escritores. Después de todo, se observa que el mito del descubrimiento individual del saber es exactamente eso, un mito. Esta posición se resume de un modo egregio en Invention as a Social Act (1987) de Karen Burke Le Fevre, una obra que aporta informes de invención colectiva de la teoría de la literatura postmoderna, de la filosofía del lenguaje y de la psicología social para mostrar la nueva importancia adquirida por la colaboración entre escritores. Entre estas fuentes una de las más importantes es Foucault:
Yo creo que la comunicación mediada del ordenador abastece un mensaje metafórico totalmente diferente, como es el de poder sacar la teoría del saber colaborativo del reino de la filosofía del lenguaje y estamparla indeleblemente en la consciencia de la sociedad entera. Comenzamos por considerar aquello que es hoy el aspecto más universal de la comunicación mediada del ordenador, el procesador de textos. Recordemos que uno de los efectos psicológicos más importantes de la escritura en general y de la imprenta en particular es la fosilización de un texto en un objeto exterior. Ahora, la composición de un procesador de textos divide la producción de un texto en dos estadios distintos. Al final el texto está en un estadio de clausura más o menos completa, una vez que la redacción "final" se publica en hard codex. Pero el procesador produce el texto de modo mucho más fluido aboliendo los borradores y las páginas y trasformándolo en un largo documento continuo, un rollo de papel examinado a través de una ventana corredera de 25 líneas. Aunque esta pequeña ventana pueda ser un problema para los estudiantes que no llegan siempre a visualizar el texto entero como una unidad (vease para esto Richard Collier, The Word Processor and Revision Strategies, 1983), los escritores expertos generalmente suplen esta dependencia hacia lo que pueden ver sobre la pantalla interiorizando el sentido de un texto que existe en un estado infinitamente cambiante. Mientras tanto la imprenta, aparentemente fija e inmutable, puede verse como puramente provisional, puesto que no permite producir a placer una novedad que incorpore cambios.
Un aspecto fundamental de este tipo de texto es que puede recombinarse fácilmente con otros. Los escritores expertos que utilizan el procesador de texto son bien conscientes de la ftecuencia con que se incorporan a su escritura textos pasados por citas, parágrafos bien formulados o ideas sacadas del borrador y conservadas para obra futura en cuyo contexto resultasen más adecuadas. Pero este aspecto no llega a ser verdaderamente significativo hasta que el texto propio de los escritores no empieza a interactuar con otras fuentes textuales disporúbles on line. A menudo vemos el procesador de textos como un estadio preliminar de intercambio electrónico de opiniones por las que el texto es preparado inicialmente sobre cualquier tipo de procesador de texto (o PC o editor mainframe). De todos modos esta metáfora puede ser revertida: el procesador de texto llega a alimentarse de información on line en la misma medida que sucede lo contrario. En la medida en que otra fuente textual esté disponible en formato máquina - textos recibidos a través de conferencias electrónicas, publicaciones on line, descargados de database, etc. - la conciencia de intertextualidad de la que habla LeFevre se convierte cada vez más en un dato objetivo y sus aplicaciones se hacen más inequívocas. El flujo conjunto del texto en el espacio de la escritura electrónica, textos que ya no están disponibles como unidades discretas, sino como campos contínuos de ideas y de información, resulta en el espacio electrónico tanto más fácil - y no solo fisicamente más fácil, sino psicológicamente más natural - cuanto no se mantenga separada la propriedad de la idea.
La intertextualidad, una vez concepto filosófico, está llegando a ser un estilo de vida. Cuando la información viene difundida electrónicamente en el texto comenzamos a hojear escritos antecedentes y posteriores en la medida en que el autor integra y comenta a otros en el documento que se actualiza. Como Hiltz y Turoff observan en The Network Nation (1978) la distinción entre borrador, prueba, publicación o imprenta tiende a desaparecer, ya que aquí son los mismos "folios" o conjuntos de informaciones, simplemente modificados por el autor cuando los reelabora sobre la base de la crítica de los lectores (p. 276). En fin la distinción entre autor y documento termina desapareciendo completamente. Hiltz y Turoff introducen entre las secciones de su libro The Network Nation citas fantasiosas que tratan de un futuro "Boshwash Time"; una de ellas profetiza exactamente el fin de la paternidad individual de un libro a causa del sistema colaborativo promovido por el ordenador:
Pero naturalmente esto se produce fusión a fusión. Cuando construye su historia, el cuentacuentos está profundamente inserto en un contexto retórico y cultural. Su público está físicamente delante de él y él se coloca en su historia en estrecha asociación tanto con el público como con sus personajes, de cuyo fondo tribal es expresión su figura. "La reacción del individuo no se expresa a nivel simplemente personal o subjetivo, sino que está más bien incorporada en la reacción de la comunidad, en el alma colectiva" (Ong, 1982, p. 46). En contrapartida, ciertos tipos de reelaboración electrónica, potenciados con ayuda mnemónica como el CD Rom conteniendo miles de tipos de letra y de programas de difusión a través de los cuales puede distribuirse automáticamente, pueden separarse casi totalmente de la ocasión retórica, de dejar de tener la mínima conexión con cualquier saber humano (Cragg, The Technologizing of Rethoric, 1991). Pero un proceso se define mejor no desde sus extremos patológicos, sino desde los principales usos a los cuales lo destina una sociedad. Y utilizado por escritores expertos que están componiendo en un contexto retórico y no sólo recopiando fórmulas en el vacío, el corta y pega relativamente fácil de escritos fragmentarios extraídos de diversas fuentes puede llegar a ser una importante metáfora operacional de conexiones intertextuales.
[Extraído de NO COPYRIGHT, Nuovi diritti nel 2000, compilación de Raf Valvola Scelsip. p. 73-77 y publicado en español en No Copyright (radicales livres # 3, 1998)]
Uno de los modos más importantes en que opera la metáfora electrónica no consiste tanto en cambiar el procedimiento por el que los escritores producimos saber cuanto en hacer tal proceso más inmediatamente visible a través de los tipos de operaciones que lo permiten y las etapas concretas que atraviesan los escritores. Después de todo, se observa que el mito del descubrimiento individual del saber es exactamente eso, un mito. Esta posición se resume de un modo egregio en Invention as a Social Act (1987) de Karen Burke Le Fevre, una obra que aporta informes de invención colectiva de la teoría de la literatura postmoderna, de la filosofía del lenguaje y de la psicología social para mostrar la nueva importancia adquirida por la colaboración entre escritores. Entre estas fuentes una de las más importantes es Foucault:
(Foucault) describe el inicio del discurso como una reaparición en el interior de un proceso continuo sin fin: 'En el momento de hablar es como si hubiese percibido una voz anónima que nos precedía en mucho tiempo y que me seducía... No nos devolvía al estado del inicio: al contrario, el discurso provenía de mí hasta que yo me ponía sobre su camino -- un poco alejado -- y ella se disparaba'. Desarrollando esta perspectiva se puede llegar a considerar el discurso no como un evento separado, sino más bien como una constante potencialidad que se evidencia ocasionalmente en el hablar o en el escribir... Tal perspectiva sugiere que las ideas tradicionales sobre un evento o un acto se revelan engañosas cuando pretenden que la unidad individual -- un discurso o un texto escrito, un simple héroe, una batalla o un descubrimiento particular -- son claramente separables de una fuerza o corriente mayor y más continua de eventos de los cuales forma parte. Por razones análogas Jacques Derrida ha criticado la teoría literaria que trata de aplicar el significado de un texto prescindiendo de otros textos que lo preceden y lo siguen.Los sociólogos de la ciencia comparten esta concepción del saber como producto colectivo antes que individual. El estudio de Diana Crane Invisible Colleges (1972), por ejemplo, documenta la gran medida en que las ideas se alimentan y desarrollan a través de redes de interacción entre las ciencias, que pueden incluso provenir de muy diversas disciplinas "oficiales", pero que forman un grupo social fuerte en torno a un problema común. Incluso la tecnología de la imprenta a través de la cual este saber producido en común es transmitido y después arrancado, fosilizado, abstraído de la red de interconexiones intelectuales que lo ha creado -- hace valer continuamente el mensaje opuesto. El significado metafórico de la tecnología de la imprenta es el aislamiento y no la comunidad. En particular, la facultad de reivindicar la contribución personal en una red intertextual y de firmarla con el nombre personal - una facultad derivada posiblemente de la propia imprenta que permite ese gran cúmulo de saber - hace nacer la idea de que el saber se posee individualmente.
Yo creo que la comunicación mediada del ordenador abastece un mensaje metafórico totalmente diferente, como es el de poder sacar la teoría del saber colaborativo del reino de la filosofía del lenguaje y estamparla indeleblemente en la consciencia de la sociedad entera. Comenzamos por considerar aquello que es hoy el aspecto más universal de la comunicación mediada del ordenador, el procesador de textos. Recordemos que uno de los efectos psicológicos más importantes de la escritura en general y de la imprenta en particular es la fosilización de un texto en un objeto exterior. Ahora, la composición de un procesador de textos divide la producción de un texto en dos estadios distintos. Al final el texto está en un estadio de clausura más o menos completa, una vez que la redacción "final" se publica en hard codex. Pero el procesador produce el texto de modo mucho más fluido aboliendo los borradores y las páginas y trasformándolo en un largo documento continuo, un rollo de papel examinado a través de una ventana corredera de 25 líneas. Aunque esta pequeña ventana pueda ser un problema para los estudiantes que no llegan siempre a visualizar el texto entero como una unidad (vease para esto Richard Collier, The Word Processor and Revision Strategies, 1983), los escritores expertos generalmente suplen esta dependencia hacia lo que pueden ver sobre la pantalla interiorizando el sentido de un texto que existe en un estado infinitamente cambiante. Mientras tanto la imprenta, aparentemente fija e inmutable, puede verse como puramente provisional, puesto que no permite producir a placer una novedad que incorpore cambios.
Un aspecto fundamental de este tipo de texto es que puede recombinarse fácilmente con otros. Los escritores expertos que utilizan el procesador de texto son bien conscientes de la ftecuencia con que se incorporan a su escritura textos pasados por citas, parágrafos bien formulados o ideas sacadas del borrador y conservadas para obra futura en cuyo contexto resultasen más adecuadas. Pero este aspecto no llega a ser verdaderamente significativo hasta que el texto propio de los escritores no empieza a interactuar con otras fuentes textuales disporúbles on line. A menudo vemos el procesador de textos como un estadio preliminar de intercambio electrónico de opiniones por las que el texto es preparado inicialmente sobre cualquier tipo de procesador de texto (o PC o editor mainframe). De todos modos esta metáfora puede ser revertida: el procesador de texto llega a alimentarse de información on line en la misma medida que sucede lo contrario. En la medida en que otra fuente textual esté disponible en formato máquina - textos recibidos a través de conferencias electrónicas, publicaciones on line, descargados de database, etc. - la conciencia de intertextualidad de la que habla LeFevre se convierte cada vez más en un dato objetivo y sus aplicaciones se hacen más inequívocas. El flujo conjunto del texto en el espacio de la escritura electrónica, textos que ya no están disponibles como unidades discretas, sino como campos contínuos de ideas y de información, resulta en el espacio electrónico tanto más fácil - y no solo fisicamente más fácil, sino psicológicamente más natural - cuanto no se mantenga separada la propriedad de la idea.
La intertextualidad, una vez concepto filosófico, está llegando a ser un estilo de vida. Cuando la información viene difundida electrónicamente en el texto comenzamos a hojear escritos antecedentes y posteriores en la medida en que el autor integra y comenta a otros en el documento que se actualiza. Como Hiltz y Turoff observan en The Network Nation (1978) la distinción entre borrador, prueba, publicación o imprenta tiende a desaparecer, ya que aquí son los mismos "folios" o conjuntos de informaciones, simplemente modificados por el autor cuando los reelabora sobre la base de la crítica de los lectores (p. 276). En fin la distinción entre autor y documento termina desapareciendo completamente. Hiltz y Turoff introducen entre las secciones de su libro The Network Nation citas fantasiosas que tratan de un futuro "Boshwash Time"; una de ellas profetiza exactamente el fin de la paternidad individual de un libro a causa del sistema colaborativo promovido por el ordenador:
Un grupo de 57 científicos sociales y expertos de la información se dividen el Nobel de economía, mienta 43 físicos y estudiosos de otras disciplinas han obtenido el premio de física... Cuando por primera vez hace ocho años fue anunciado un tal premio colectivo, el comité intentó convencer al grupo interesado para que indicase entra sus miembros dos o tres que fuesen mayormente responsables de la teoría desarrollada. Pero el grupo insistía en que aquello era imposible. El Dr. Andrea Turoff, portavoz del grupo, explicó: "estamos empeñados en lo que llamamos un sinologo (synologue) un proceso en el cual la síntesis del dialogo estimulada por el proceso colaboratívo crea algo que no hubiera sido posible de otro modo.Pronto, con la comunicación electrónica, la noción del texto estático poseído individualmente se disuelve de nuevo en el fluido de la expresión colectiva típica de la cultura oral. Si el material sobre el que esto sucede está disponible a través del ordenador, el assemblage de documentos (document assembly) - neologismo muy eficaz - deviene análogo al poeta oral que refunde expresiones idiomáticas y epítetos en tramas familiares, llegando a crear en la red preexistente del saber épico, una ritualización del conocimiento que había sido de dominio público desde antes de su nacimiento (ver Bolter, Writing Space, 1991). En el mundo electrónico como en el oral, la latente intertextualidad de la imprenta es conscientemente reconocida: parece más obvio que la originalidad esté no tanto en la creación individual de elementos singulares cuanto en la realización de la composición entera.
Pero naturalmente esto se produce fusión a fusión. Cuando construye su historia, el cuentacuentos está profundamente inserto en un contexto retórico y cultural. Su público está físicamente delante de él y él se coloca en su historia en estrecha asociación tanto con el público como con sus personajes, de cuyo fondo tribal es expresión su figura. "La reacción del individuo no se expresa a nivel simplemente personal o subjetivo, sino que está más bien incorporada en la reacción de la comunidad, en el alma colectiva" (Ong, 1982, p. 46). En contrapartida, ciertos tipos de reelaboración electrónica, potenciados con ayuda mnemónica como el CD Rom conteniendo miles de tipos de letra y de programas de difusión a través de los cuales puede distribuirse automáticamente, pueden separarse casi totalmente de la ocasión retórica, de dejar de tener la mínima conexión con cualquier saber humano (Cragg, The Technologizing of Rethoric, 1991). Pero un proceso se define mejor no desde sus extremos patológicos, sino desde los principales usos a los cuales lo destina una sociedad. Y utilizado por escritores expertos que están componiendo en un contexto retórico y no sólo recopiando fórmulas en el vacío, el corta y pega relativamente fácil de escritos fragmentarios extraídos de diversas fuentes puede llegar a ser una importante metáfora operacional de conexiones intertextuales.
[Extraído de NO COPYRIGHT, Nuovi diritti nel 2000, compilación de Raf Valvola Scelsip. p. 73-77 y publicado en español en No Copyright (radicales livres # 3, 1998)]
Gracias, por publicar mi obra. Seria estupendo, si me podrian poner un enlace a http://www.crosses.net
ResponderEliminarEnvian arte correo electronico al proyecto Maiz sobre la Madre Tierra por favor: http://corn.crosses.net/
Saludos,