miércoles, 30 de junio de 2010

La guerra social en la memoria

por Miguel Amorós


Texto publicado como prólogo a Los Incontrolados: Manuscrito encontrado en Vitoria, Madrid, radikales livres, 1999.

"Érase una guerra, al parecer tenida en poco, y liviana dentro en casa; mas fuera estimada y de gran coyuntura, que en cuanto duró tuvo atentos, y no sin esperanza, los ánimos de príncipes amigos y enemigos, lejos y cerca; primero cubierta y sobresanada, y al fin descubierta, parte con el miedo y la industria, y parte criada con el arte y la ambición." [Diego Hurtado de Mendoza, Guerra de Granada]
Hace unos pocos años, pasaron por televisión unas "Memorias de la transición", difundidas después en cintas de video, realizadas por una empleada de los medios de comunicación que, en compensación por el servicio prestado a la historia del poder, vio como su obra era unánimemente ensalzada y puesta a la venta con beneficios garantizados. Se trataba de una contribución entre muchas (por ejemplo, las "memorias" de los políticos retirados, o las confidencias selectivas e interesadas de periodistas a su servicio) a la parálisis de la memoria y, por tanto, de la historia. Un ejemplo de lo que Debord calificaba de falso sin réplica. El periodo político transcurrido entre 1975 y 1981, correspondiente al laborioso relevo de la clase dirigente española tras la muerte del dictador Franco y conocido con el nombre de "Transición", era presentado como un vaivén de personajes que, discretamente, de despacho en despacho y de reunión en reunión, con el inapreciable auxilio de abnegados correveidiles mediáticos y la ambigua tolerancia de las más altas instancias, iban atando los cabos del nuevo sistema político de dominación. Cuando aparecían las masas lo hacían como decorado de fondo, siempre dispuestas a seguir las prudentes y acertadas disposiciones de sus líderes, protagonistas absolutos del espectáculo de la historia en tanto que dueños exclusivos de la misma. La historia reducida a la cronología del poder, salpimentada con anécdotas de salón y cotilleos de trastienda, demuestra hasta qué punto los individuos tienen expropiado el tiempo, donde sólo están presentes como objetos y donde la vida histórica transcurre monopolizadas por las élites fácticas y sus representantes. Esto no siempre ha sido así; la usurpación tiene fecha, es ella misma histórica, por lo que la función del charlatán mediático consiste menos en revelarnos el quién es quién de la clase dirigente en otros tiempos y de paso recomponer alguna que otra mala reputación, que en ocultar el momento de la usurpación, negando la existencia cercana de movimientos sociales autónomos. La dominación persigue la desaparición del conocimiento histórico, porque es lo único que, al traer el pasado al presente, posibilita la comprensión de lo nuevo, y por consiguiente, permite plantear la transformación de la sociedad sobre bases liberadoras. Como decía IBN JALDÚN a propósito de las diversas formas de la falsificación histórica, "los charlatanes tienen en las artes del conocimiento un campo extenso: las praderas de la ignorancia están siempre dispuestas". Alguien podría objetar que, de todas formas, los hechos son los que cuentan. Pero con el espectáculo, los hechos mismos pasan a la clandestinidad. No sólo el camino hacia la realidad está plagado de obstáculos puestos por la falsificación, sino que el mismo camino es indiscernible. No existe opinión crítica, puesto que no existe espacio público ni medios donde se pueda formar y manifestarse, y en esas condiciones, todo da igual. Los voceros del espectáculo pueden filmar, decir o escribir lo que quieran, y volver a hacerlo cuando gusten, por ejemplo, a la hora de los aniversarios. Como los hechos se vuelven rápidamente obsoletos ante la avalancha de informaciones, la falsificación que sirve al poder los pone al día, reinventándolos si es preciso, de acuerdo con el método totalitario. "Toda la historia se convertía así -escribía ORWELL en 1984- en un palimpsesto, raspado y vuelto a escribir con toda la frecuencia necesaria. En ningún caso habría sido posible demostrar la existencia de una falsificación".

El presente perpetuo está en la base de la sociedad moderna; la abundancia de seudoacontecimientos alcanza un punto de banalización que suprime y a la vez distorsiona el tiempo: a la vez que desaparece la memoria, el pasado transcurre en la época de Maricastaña. Hechos tales como el Mayo del 68, la revolución portuguesa del 74 o el movimiento asambleario de los obreros españoles de 1976-78, resultan extraños y remotos, como si realmente no hubieran ocurrido, y aunque en ellos participaron decenas de miles de personas, casi todas vivas en la actualidad, es extremadamente difícil dar con un relato de los mismos que posea algún sentido, que los recuerde como episodios recientes de la guerra social, como momentos de un proceso histórico. Asimismo, si consultamos el artículo "Italia" en una enciclopedia o en un digest de actualidades, o nos tropezamos en la prensa con alguna efemérides del 77-78, con toda seguridad daremos con el rapto de Moro, con un indescifrable terrorismo y, a los sumo, con Negri y las Brigadas Rojas. Nadie descubrirá el Movimiento del 77 como movimiento sin dirigentes, como la subversión más profunda de los tiempos modernos, ni hablará de la situación más preñada de posibilidades revolucionarias que jamás se diera en pleno capitalismo, por lo que nadie podrá comprender mínimamente el montaje del terrorismo de Estado -la "estrategia de la tensión"- o la función esencialmente contrarrevolucionaria del partido llamado comunista y de los sindicatos; ni el papel manipulador de los medios de comunicación o el de la contestación parcial y recuperadora; ni el efecto nefasto del seudodebate sobre la lucha armada o el espectáculo deprimente de los "disociados" y "arrepentidos", consecuencia última de aquél, y, en fin, nadie sabrá nada del auxilio decisivo que presta la droga en la aceleración de la descomposición del medio rebelde.

Todo ello es el resultado de una serie sucesiva de derrotas proletarias; la pérdida de la memoria no es más que un aspecto del corolario de la derrota, la desaparición del pensamiento revolucionario: "la memoria, en cuanto tal, es solamente el modo extrínseco, el momento unilateral de la existencia del pensamiento" (HEGEL). Nada escaparía a la falsificación y a la trivialidad -tanto daría la huelga insurreccional de Vitoria como la Expo de Sevilla- a no ser por la obstinación de unos pocos en practicar la actividad subversiva por excelencia en los tiempos sombríos: la memoria. Es la mejor arma para reconstruir una comunidad de rebeldes, por restringida que sea, único lugar donde es posible la comunicación autónoma. Con ella se recobran los puntos de referencia históricos y los nuevos movimientos contestatarios pueden considerar su actividad como continuación de la subversión anterior, inscribirla en el decurso histórico. Entonces, enfrentándose con el discurso unilateral del poder que sólo habla de los imperativos de la economía y del progreso tecnológico, y refutando su versión de los hechos, en tanto sean capaces de reapropiarse del pasado y de controlar su presente -la tarea de la memoria histórica, volviendo a Hegel, "es la pura comprensión de lo que ha sido y de lo que es, sucesos y acciones"- prepararán el terreno de la unificación de las luchas donde habrán de formarse ab ovo las condiciones de una secesión antieconómica de grupos extensos que permita la aparición de la historia consciente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Acción estética Acción postal Adolfo Marchena Aeron Bergman y Alejandra Salinas AIR Aitor Onaindía Al-Ma Alabastro Alan Turner Alberto Conderana Alejandro Thornton Amador Savater amanita Amano 0 Amano 1 Amano 2 Amano 3 Amano 4 Amano 5 Amano 6 Amano 7 Amano 8 Amano 9 ambos Ana Lucas Ana Ortega Andrés Morte Angela Serna Anki Toner ANNA ANO Antonio Cantarero Antonio Dantas Antonio Gómez Antonio Langoyo Antonio Nelos Antonio Orihuela Antonio Pérez-Cares Añino Archivo Situacionista Hispano Arte Correo Arte Marrón Arte por fotocopia Artesaldo Asger Jorn Asociacione Psicogeográfica de Bologna Barry Smylie Bartolomé Ferrando Basilio Rivero Bertold Brecht Bill Brown Blues Visto Bob Jones BOEK Buitre No Come Alpiste Bureau Of Public Secrets Carles Hac Mor Carlos Barona Carlos T. Mori Carmen Cámara CCPLNDVCTDE Cecilia Cruz Olivares César Figueiredo César Otero César Pesqueras César Reglero Chema de Francisco cine citas y referencias Clemente Padín Coe Col.lectiu Reçerca collage cómic e ilustración Coordinadora de artistas kontra el Arte Corpá Cristina R. Alcalá crítica cultural crítica social Cuadernos Itinerantes Damego Dana Crane Dave-Baptiste Chirot decolage Demon Lugman deriva Dirk Schwarze Domingo Mestre Dorian Ribas Marinho Dragan Zivancevic Dug Brent E. A. Graphix Edgar Prodeo Edgardo-Antonio Vigo El Bellotino de oro El Club de los Estetas Patéticos El Cosmonauta Eléctrico El Lissitzky el relato El Terrible Burgués Elena Cabrera Elisa Velasco Elvis Pérez Emerenciano Encuentros por la Humanidad y contra el Neoliberalismo Encyclopédie des Nuisances entrevistas Eugenio Castro Extraños con Linternas Fanzine Amano fanzines Fausto Grossi Fernando Aguiar Fernando García Delgado Fernando Márquez Fernando Martínez Fernando Millán fotografía Foucault Genealogía de la prensa marginal española Gil G. Wolman Giordano Genghini grafiti Grupo Redondo Grupo Surrealista de Madrid Gustav Metzger Guy Bleus Guy Debord Hakim Bey Hans Braumüller Huelga de arte Ibirico Inismo Internacional Situacionista J. Seafree Jean Terrosian Jesús Camarero John Bennett John Held Jr. Jorge Matamoros Jose Luis Campal José Luis Castillejo José Manuel Rojo José Manuel Vázquez Juan Angel Fernández García Juan Angel Sáiz Manrique Juan José Espinosa Vargas Julia Masvernat Kalvellido Kamen Nedev Karen Eliot Ken Knabb Kike Babas Kike Turrón Kiki de Noche Koldo Guinea komandos de acción kultural anónima (kks) La Compañía La Guerrilla La Más Bella La Voz de mi Madre Laboratorio Excéntrico Laura Baigorri Lautréamont Lesoj Literatura Gris Lluís Guiu Soler López de Ael Los Incontrolados Luis Navarro Luis Ruid Lusmore Luther Blissett Mabel Quiñones Macromassa Maite Barrera Maldeojo manifiestos Manuel Almeida e Sousa Manuel Portela Mari Luz Bermejo Merz Mail Miguel Amorós Miguel Guzmán Misola Dorela mitopoiesis Molero Prior Monty Cantsin muerte del arte Mumia Abu-Jamal Mundo Corvo música experimental Narradores de la red Nel Amaro Nelo Vilar neoísmo net art Nidia Palomo Nietzsche Nikolaus Marr No Copyright nombres múltiples Not Bored nuara nuevas tecnologías Obra/Abre Orfilia P. O. Box Paul Nougé Pedro Gonzalves Pere Foix Pere Sousa performance Phayum pintura plagiarismo poesía visual Poetas desenchufados Preiswert Arbeitskollegen Producciones Imposibles prospectos del Laboratorio psicogeografía radikales livres Raffaelle Gallucci Refractor Resistencia Vírica Ribota Richard Paget Robert Filliou Roger Sesan Sign'zine Silvia Díaz Chica Sotos Spencer Selby Stewart Home Stidna Timothy C. Mayo Tomás Caro TOTEM Traficantes de Sueños United Artists Of The Museum Vda. de Blissett Vicente Muñoz Victor Zygonov Vittore Baroni Von Beetfarmer DeBoring Vanaygum y Poe Vórtice Walter Benjamin Wilderness Wu Ming Yolanda Pérez Herreras zaj