Traducción de una entrevista a Karen Eliot realizada en 1989 a propósito de la Huelga de arte 1990-3. Publicada en P.O.Box # 27 (1997).
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Karen Eliot no es un ser humano específico o identificable. Es un nombre adoptado por diversos trabajadores culturales en diferentes momentos para llevar a cabo acciones referidas a la formación de un corpus de trabajos adscritos a Karen Eliot. Uno de los propósitos de muchos individuos diferentes al usar el mismo nombre es subrayar los problemas ocasionados por las constelaciones mentales referidas a la identidad, la individualidad, la originalidad, el valor y la verdad. Cualquiera puede usar el nombre de Karen Eliot, pero el alcance de su uso está limitado por el hecho de que los nombres múltiples no son ni conocidos ampliamente ni comprendidos. Desde que el proyecto "Karen Eliot" fue lanzado en 1985 (al tiempo que la propuesta de Huelga de Arte de 1990 a 1993, unos cien individuos han operado dentro de los parámetros del "contexto/identidad". Si consideramos lo difícil que es persuadir a alguien para que invierta su tiempo en algo que no es probable que le produzca ninguna "recompensa personal" (en términos de reconocimiento cultural, etc.) este número no es insignificante.
Scott MacLeod: Háblame de la Huelga de Arte.
Karen Eliot: La propuesta es la de una Huelga de Arte que abarcaría desde el 1 de enero de 1990 al 1 de junio de 1993, forzando la clausura de galerías, museos de arte "moderno", agencias, espacios de arte "alternativo", periódicos, teatros, escuelas de arte, etc ... Todos los mecanismos de educación, distribución y crítica mediante los que el arte se propaga como ideología y como mercancía al mismo tiempo.
SM: ¿Qué piensan tus amigos artistas de esto?
KE: Sus reacciones son un reflejo de la respuesta que tuvimos en un proyecto anterior, el Festival de Plagiarismo. En el Festival, todos estaban inicialmente confusos acerca de la relación entre plagiarismo y lo que ellos estaban haciendo. Después se sintieron estimulados con la idea y vieron muchas posibilidades en ella. Con la Huelga de Arte, la respuesta inicial de mucha gente es favorable, una vez que se levantan las discrepancias fundamentales.
SM: 'Piensas que el uso de la palabra "huelga" podría ser responsable del entusiasmo inicial?
KE: Creo que sí. El término tiene ciertas connotaciones en Inglaterra que no pienso que tenga aquí (i. e. en los Estados Unidos); hay una experiencia muy diferente de los movimientos de trabajadores en Europa.
SM: 'Hubo una decisión consciente de usar el término "huelga" basado en aquellas connotaciones?
KE: ¿Una decisión consciente? Gustav Metzger utilizó el termino "huelga" en 1974. Convocó una huelga entre 1977 y 1980, así es que hay un precedente histórico. Existen sin embargo diferencias significativas entre la Huelga de Arte anterior y ésta; la actividad de Metzger estaba principalmente dirigida a destruir aquellas instituciones, galerías comerciales, etc., que a él le parecía que tenían un efecto contrario a la producción artística. Trataba de ubicarse en el modelo clásico de héroe/villano. Lo cual pudo influir en las dificultades de Metzger para atraer apoyo para la huelga. De hecho no la siguió nadie.
SM: Debía ser duro, y debe serlo aún, convencer a los artistas ni a nadie de que ir a la huelga es una buena idea.
KE: Bueno, la Huelga de Arte no es una buena idea. Es una mala idea desde el punto de vista de quien pretenda hacer una carrera artística. Es una mala idea desde muchas perspectivas, y ello hace las cosas un poco más difíciles; si bien nuestras intenciones al organizar una Huelga de Arte son completamente diferentes a las de Metzger. Nosotros apuntamos a un número más amplio de cuestiones que Metzger, y a diferencia de él no pretendemos que los mecanismos de la huelga operen necesariamente en el ámbito de la cultura del mismo modo que ellos querían en la esfera económica. Mejor que intentar romper y destruir aquellas instituciones que condicionan la producción y distribución de productos artísticos, la Huelga de Arte de 1990 está principalmente enfocada sobre el rol del artista. Sobre cómo se define el artista o su identidad, sobre cómo la identidad afecta a la capacidad del artista para tomar parte en la cultura circundante.
SM: Asi, la Huelga de Arte es una mala idea y no es realmente lo que dice ser, no es realmente una huelga contra el sistema de galerías o el sistema de mercado.
KE: Hemos tenido discusiones interminables sobre la apropiación del término "huelga" y su eficacia en la actual situación. También hemos intentado cambiar el nombre a "Denegación de Creatividad", pero no tiene tanto gancho popular. Encontramos que la gente respondía al término "Huelga de Arte" porque es conflictivo y reune ideas de dos ámbitos tradicionalmente considerados autónomos -el económico y el cultural. En la tradición sindicalista, que ha influido en nuestro pensamiento, la huelga tiene fundamentalmente el sentido de revolución -es algo más que un asunto de simple aumento salarial. Por lo que a nosotros concierne, la Huelga de Arte es una huelga. Una negación del producto y del trabajo. Como la huelga general sindicalista, los problemas que se cuestionan van desde lo económico hasta lo que se relaciona con la revolución y la autodeterminación. Estamos tratando de conseguir un cambio a gran escala en nuestras relaciones con lo que la institución del arte burgués declara objetos y relaciones "estéticas". Decidimos describir nuestras actividades como un huelga para hacer explícitas nuestras motivaciones políticas económicas y morales. Y esperamos que el uso de este término alentará relaciones con los problemas más activas que pasivas.
SM: Aún así dices que la Huelga de Arte es una mala idea.
KE: Probablemente es una mala idea si uno la concibe a partir del modelo de la huelga proletaria dentro de la esfera económica, por muchas razones. Si uno fuera lo bastante ingenuo para intentar enfrentar ciertas formas institucionalizadas de cultura mercantil mediante la organización de los artistas desde líneas de unión de inspiración comercial, podría estar seguro de fracasar porque la gran mayoría de los artistas serían esquiroles. Los artistas se ven a sí mismos como productores aislados en competencia unos con otros; carecen del sentido de la solidaridad y el interés propio sobre los que se consolida el éxito de las huelgas. Y aunque todos los artistas del mundo se negaran a trabajar durante tres años, o incluso diez o veinte. una huelga como ésta podría todavía fracasar a la hora tener un impacto real dentro de la esfera económica, o también cultural. La negativa a producir no cambiará el hecho de que existen quienes tienen dinero en exceso y quieren invertirlo en algo que comportará un beneficio y elevará simultáneamente su estatus. Mientras sobreviva el capitalismo siempre habrá empresarios intermediarios y parásitos que busquen elevar su estatus y10 su riqueza interpretando los roles apropiados dentro de una cultura de la adquisición. El arte es un producto que, de ser negado, puede ser fácilmente reemplazado por los clásicos coches, compañeros de sexo artificial y cosas parecidas. Sin embargo, no estoy tratando de sugerir que el arte sea un mero apéndice de la economía. Cualquiera con dos dedos de frente puede ver que existe una interacción dinámica entre la cultura, la economía y la política. Todo lo que digo es que existe una variedad casi infinita de sustitutos para surtir las funciones ideológicas y económicas con las que el arte sirve a la sociedad capitalista. El aspecto integral de la Huelga de Arte de 1990 es que constituye un intento de intensificar la lucha de clases dentro de las esferas cultural, económica y política. Si la Huelga de Arte consigue desmoralizar a una parte de la clase burguesa, entonces habrá tenido éxito.
SM: ¿Estás sugiriendo que los artistas forman una facción de la clase burguesa y que esperas desmoralizarlos?
KE: Sí, los artistas son un grupo al que nuestras actividades intentan desmoralizar. Existe una pretensión entre los artistas de estar en contacto con un discurso más alto, una meta-ética si quieres, que enmarca sus actividades dentro de un patrón ético diferente que el resto de la gente. El Partido Nacional Socialista en Alemania llegó a tener éxito en parte como resultado de alentar este tipo de actitudes. Así que lo que estamos tratando de hacer con la Huelga de Arte es cuestionar esta noción que mantienen los artistas, de que ellos están de algún modo exentos de responsabilidad en el compromiso con los problemas de su propia cultura. La actitud de los artistas ha estado ocupada en distinguirse de alguna manera del resto de las actividades humanas. Esta actitud crea una justificación ideológica para las divisiones jerárquicas entre los seres humanos. Será difícil convencer a los productores de arte para que realicen una consideración objetiva de sus propias actitudes y actividades, pero esto no es razón para ser pesimista acerca de nuestras posibilidades de éxito; la propaganda negra puede conseguir desmoralizar a una notable proporción de artistas hasta llevarles a abandonar su posición cultural presente.
Scott MacLeod: Háblame de la Huelga de Arte.
Karen Eliot: La propuesta es la de una Huelga de Arte que abarcaría desde el 1 de enero de 1990 al 1 de junio de 1993, forzando la clausura de galerías, museos de arte "moderno", agencias, espacios de arte "alternativo", periódicos, teatros, escuelas de arte, etc ... Todos los mecanismos de educación, distribución y crítica mediante los que el arte se propaga como ideología y como mercancía al mismo tiempo.
SM: ¿Qué piensan tus amigos artistas de esto?
KE: Sus reacciones son un reflejo de la respuesta que tuvimos en un proyecto anterior, el Festival de Plagiarismo. En el Festival, todos estaban inicialmente confusos acerca de la relación entre plagiarismo y lo que ellos estaban haciendo. Después se sintieron estimulados con la idea y vieron muchas posibilidades en ella. Con la Huelga de Arte, la respuesta inicial de mucha gente es favorable, una vez que se levantan las discrepancias fundamentales.
SM: 'Piensas que el uso de la palabra "huelga" podría ser responsable del entusiasmo inicial?
KE: Creo que sí. El término tiene ciertas connotaciones en Inglaterra que no pienso que tenga aquí (i. e. en los Estados Unidos); hay una experiencia muy diferente de los movimientos de trabajadores en Europa.
SM: 'Hubo una decisión consciente de usar el término "huelga" basado en aquellas connotaciones?
KE: ¿Una decisión consciente? Gustav Metzger utilizó el termino "huelga" en 1974. Convocó una huelga entre 1977 y 1980, así es que hay un precedente histórico. Existen sin embargo diferencias significativas entre la Huelga de Arte anterior y ésta; la actividad de Metzger estaba principalmente dirigida a destruir aquellas instituciones, galerías comerciales, etc., que a él le parecía que tenían un efecto contrario a la producción artística. Trataba de ubicarse en el modelo clásico de héroe/villano. Lo cual pudo influir en las dificultades de Metzger para atraer apoyo para la huelga. De hecho no la siguió nadie.
SM: Debía ser duro, y debe serlo aún, convencer a los artistas ni a nadie de que ir a la huelga es una buena idea.
KE: Bueno, la Huelga de Arte no es una buena idea. Es una mala idea desde el punto de vista de quien pretenda hacer una carrera artística. Es una mala idea desde muchas perspectivas, y ello hace las cosas un poco más difíciles; si bien nuestras intenciones al organizar una Huelga de Arte son completamente diferentes a las de Metzger. Nosotros apuntamos a un número más amplio de cuestiones que Metzger, y a diferencia de él no pretendemos que los mecanismos de la huelga operen necesariamente en el ámbito de la cultura del mismo modo que ellos querían en la esfera económica. Mejor que intentar romper y destruir aquellas instituciones que condicionan la producción y distribución de productos artísticos, la Huelga de Arte de 1990 está principalmente enfocada sobre el rol del artista. Sobre cómo se define el artista o su identidad, sobre cómo la identidad afecta a la capacidad del artista para tomar parte en la cultura circundante.
SM: Asi, la Huelga de Arte es una mala idea y no es realmente lo que dice ser, no es realmente una huelga contra el sistema de galerías o el sistema de mercado.
KE: Hemos tenido discusiones interminables sobre la apropiación del término "huelga" y su eficacia en la actual situación. También hemos intentado cambiar el nombre a "Denegación de Creatividad", pero no tiene tanto gancho popular. Encontramos que la gente respondía al término "Huelga de Arte" porque es conflictivo y reune ideas de dos ámbitos tradicionalmente considerados autónomos -el económico y el cultural. En la tradición sindicalista, que ha influido en nuestro pensamiento, la huelga tiene fundamentalmente el sentido de revolución -es algo más que un asunto de simple aumento salarial. Por lo que a nosotros concierne, la Huelga de Arte es una huelga. Una negación del producto y del trabajo. Como la huelga general sindicalista, los problemas que se cuestionan van desde lo económico hasta lo que se relaciona con la revolución y la autodeterminación. Estamos tratando de conseguir un cambio a gran escala en nuestras relaciones con lo que la institución del arte burgués declara objetos y relaciones "estéticas". Decidimos describir nuestras actividades como un huelga para hacer explícitas nuestras motivaciones políticas económicas y morales. Y esperamos que el uso de este término alentará relaciones con los problemas más activas que pasivas.
SM: Aún así dices que la Huelga de Arte es una mala idea.
KE: Probablemente es una mala idea si uno la concibe a partir del modelo de la huelga proletaria dentro de la esfera económica, por muchas razones. Si uno fuera lo bastante ingenuo para intentar enfrentar ciertas formas institucionalizadas de cultura mercantil mediante la organización de los artistas desde líneas de unión de inspiración comercial, podría estar seguro de fracasar porque la gran mayoría de los artistas serían esquiroles. Los artistas se ven a sí mismos como productores aislados en competencia unos con otros; carecen del sentido de la solidaridad y el interés propio sobre los que se consolida el éxito de las huelgas. Y aunque todos los artistas del mundo se negaran a trabajar durante tres años, o incluso diez o veinte. una huelga como ésta podría todavía fracasar a la hora tener un impacto real dentro de la esfera económica, o también cultural. La negativa a producir no cambiará el hecho de que existen quienes tienen dinero en exceso y quieren invertirlo en algo que comportará un beneficio y elevará simultáneamente su estatus. Mientras sobreviva el capitalismo siempre habrá empresarios intermediarios y parásitos que busquen elevar su estatus y10 su riqueza interpretando los roles apropiados dentro de una cultura de la adquisición. El arte es un producto que, de ser negado, puede ser fácilmente reemplazado por los clásicos coches, compañeros de sexo artificial y cosas parecidas. Sin embargo, no estoy tratando de sugerir que el arte sea un mero apéndice de la economía. Cualquiera con dos dedos de frente puede ver que existe una interacción dinámica entre la cultura, la economía y la política. Todo lo que digo es que existe una variedad casi infinita de sustitutos para surtir las funciones ideológicas y económicas con las que el arte sirve a la sociedad capitalista. El aspecto integral de la Huelga de Arte de 1990 es que constituye un intento de intensificar la lucha de clases dentro de las esferas cultural, económica y política. Si la Huelga de Arte consigue desmoralizar a una parte de la clase burguesa, entonces habrá tenido éxito.
SM: ¿Estás sugiriendo que los artistas forman una facción de la clase burguesa y que esperas desmoralizarlos?
KE: Sí, los artistas son un grupo al que nuestras actividades intentan desmoralizar. Existe una pretensión entre los artistas de estar en contacto con un discurso más alto, una meta-ética si quieres, que enmarca sus actividades dentro de un patrón ético diferente que el resto de la gente. El Partido Nacional Socialista en Alemania llegó a tener éxito en parte como resultado de alentar este tipo de actitudes. Así que lo que estamos tratando de hacer con la Huelga de Arte es cuestionar esta noción que mantienen los artistas, de que ellos están de algún modo exentos de responsabilidad en el compromiso con los problemas de su propia cultura. La actitud de los artistas ha estado ocupada en distinguirse de alguna manera del resto de las actividades humanas. Esta actitud crea una justificación ideológica para las divisiones jerárquicas entre los seres humanos. Será difícil convencer a los productores de arte para que realicen una consideración objetiva de sus propias actitudes y actividades, pero esto no es razón para ser pesimista acerca de nuestras posibilidades de éxito; la propaganda negra puede conseguir desmoralizar a una notable proporción de artistas hasta llevarles a abandonar su posición cultural presente.
(Extraido de "Karen Eliot Home Page", traducción de Karen Eliot)
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