Cualquiera que ponga en duda que estas técnicas funcionan
sólo tiene que ponerlas en práctica. (William Burroughs)
En 1997 el salto a la red ya se ha consumado para muchos de estos proyectos. Mikuerpo dispone entonces de una plataforma mediática que acelerará considerablemente el ritmo y el alcance de sus interacciones, produciendo un salto cualitativo en sus planteamientos. La publicación en web de todos los contenidos de Amano se completa con el boletín electrónico amanita, confeccionado urgentemente a base de links que remiten a los contenidos añadidos y de comunicados que se mueven en la red en la órbita del activismo cultural. El Archivo Situacionista Hispano, una sección iniciada en el fanzine impreso para difundir textos de los situacionistas no disponibles en castellano, crece deprisa gracias a aportaciones públicas totalmente altruistas hasta dejar de ser una sección de la web para requerir un sitio propio. La red de contactos crece de manera sorprendente. Se abre un campo amplísimo y particularmente entusiasta con el acceso gratuito a sus contenidos de receptores americanos. En un mes, hay más de 500 suscriptores al boletín, entre los cuales figuran colectivos artísticos independientes de todo el mundo, páginas institucionales, medios de comunicación y, es de suponer, algún policía. La oportunidad venía dada por la exploración pionera de un territorio virgen sobre el que confluían todas las miradas, pero que todavía distaba mucho de estar saturado y de revelar su propia burbuja. La red aún era visibilidad, rumorología y potencia.
Este nuevo escenario suponía un replanteamiento total no sólo de la práctica, sino de la propia existencia de industrias mikuerpo, y preparó la disolución del concepto en una serie de prácticas difusas y de juegos de identidad más operativos y deslocalizados. Mikuerpo siempre se había presentado como una abstracción, un colectivo del que cualquiera podía formar parte simplemente decidiendo participar de sus estructuras. La enunciación del signo te convertía en su emisor. En la práctica, era un pretexto para integrar en nuestro nodo la actividad de artistas y activistas simpáticos, y de integrarnos colectivamente en otros nodos bajo el único signo de una promiscuidad a la vez electiva y necesaria. Era más importante la conciencia de interacción, de avance colectivo. Impremeditadamente, estábamos asumiendo en el nuevo contexto una representatividad y un liderazgo que no se avenía con nuestros principios de acción. Algunas publicaciones hablaban de un “retorno de los situacionistas” y nos incluían en el tejido de ese retorno. Era fácil percibir que estábamos siendo espectacularizados, y precisamente nosotros no podíamos dejar de darnos cuenta.
Había llegado el momento de mutar, es decir de asimilar errores. En la nueva fase se tratará sobre todo de eludir el reconocimiento y de impedir el agenciamiento sistémico llevando la lógica del espectáculo hasta sus últimas consecuencias allí donde pudiésemos ser cooptados. Damos presencia en la web a colectivos inexistentes, dado que la credulidad del medio era infinita en sus orígenes. Adoptamos seudónimos, multiplicamos los eventos y promovemos leyendas. No se trata de mentir, sino de hacer el mundo más atractivo. El lenguaje es un virus que parasita y subvierte la realidad.
El suelo había estallado a nuestros pies y pronto volaríamos en pedazos. Eso era lo que queríamos ahora. La www era el marco inmejorable para un atentado estético suicida.
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