viernes, 14 de mayo de 2010

Apuntes (muy tentativos) sobre el pasaje al anonimato en primera persona

por Amador Fernández-Savater
postlogo del libro Industrias Mikuerpo (Madrid, Traficantes de Sueños, 2010)

00. Plantado en 2009 veo nítidamente a industrias mikuerpo como un "hijo de su tiempo". Es decir, formando parte de una secuencia política que ya se ha cerrado y que ahora, precisamente gracias a ello, podemos empezar a percibir mejor cómo y de qué estaba compuesta. Hijo de su tiempo no significa un mero producto de un contexto (social, político, económico...), sino todo lo contrario. Un laboratorio de experimentación que aspira las tendencias que conforman un momento del mundo y las devuelve traducidas en análisis, diagnósticos, consignas o propuestas de intervención. Que no sufre pasivamente sus condiciones de existencia ni simplemente las refleja, sino que es capaz de una elaboración crítica de lo que le atraviesa. Como si fuera un destino que, primero, ha de asumirse y, a partir de ahí, se vuelve terreno de juego. Algunos elementos del destino de industrias mikuerpo que yo señalaría: derrota de las luchas obreras autónomas, desencanto, No Future, GAL, SIDA, curros de mierda, Corrupsoe, Generación X, pero también: primeras okupaciones, movilizaciones estudiantiles del curso 86/87, movimiento de insumisión... La única libertad posible no consiste en desarraigarnos de lo que nos toca vivir (mediante la nostalgia, la ideología o el resentimiento hacia el presente, tan frecuentes en la crítica radical), sino en crear nosotros mismos los modos de estar-ahí. Al mismo tiempo, la única crítica operativa, capaz de desafiar el mundo, es la que se hunde hasta las heces en él, sin ponerse a resguardo ni tirar de su propia cabellera de principios ideales para arrancarse del curso de las cosas, sino elaborando como materia prima de la revuelta la experiencia del presente.

01. Siguiendo el impulso de las vanguardias artísticas, industrias mikuerpo decide dar la batalla en la esfera de la representación, articulada por todos los dispositivos y canales de mediación donde se juega el sentido y la intensidad que tiene para cada uno de nosotros vivir. Donde se decide nuestra disposición esencial en y ante el presente: qué vamos a sentir, qué vamos a pensar, qué vamos a decir, qué vamos a hacer con lo que (nos) pasa. Esa ampliación del campo de batalla más allá del eje clásico proletariado-fábrica-explotación coincide con el desplazamiento tendencial de la lógica de beneficio hacia territorios más o menos abandonados en el pasado a actividades improductivas y soberanas: fantasía, arte, literatura, poesía, metafísica, mito... Me refiero por ejemplo a la importancia creciente de una industria cultural de nuevo tipo, al proceso de massmediatización generalizada de la sociedad, a la perversa estetización capitalista de la vida cotidiana o al consumo como práctica dominante. La comunicación se transforma en la nueva cadena de montaje. Otra (contra)tendencia de los años 80 y 90 muy influyente en la orientación crítica de industrias mikuerpo es sin duda el surgimiento de un movimiento underground básicamente juvenil que, a tientas como los niños perdidos, empieza a desarrollar circuitos autónomos de producción simbólica (fanedición, arte postal, autoedición musical, etc.) e interviene fugazmente en los espacios públicos de significación (acción callejera, graffiti, etc.).

02. El sesgo marcadamente estratégico de industrias mikuerpo empuja al colectivo más allá del terreno estéril de la crítica impotente y el lamento. La perspectiva es gozosa, afirmativa y material: se puede intervenir; la intervención es una construcción de espacios donde desplegar otra percepción. La orientación de los canales de mediación no está inscrita fatalmente en una estructura de poder abstracto e imbatible: se decide en el uso, en el antagonismo de los usos tácticos. La misma recepción que hace el público del espectáculo puede ser creadora, irónica, inteligente. Así, por un lado, se proponen "modos de intervención estética: interferencias, distorsiones y accidentes en la estructura del sistema de significados". Y por otro, la reapropiación de espacios-tiempos donde creación, producción y distribución se indistingan en una auténtica autogestión del sentido. La pelea entre el poder y su subversión se sitúa en el modo en que ligamos y desligamos cotidianamente afectos, gestos y palabras. Lo que hacemos, lo que decimos y lo que sentimos. La mirada crítica equivale, ni más ni menos, a una nueva sensibilidad.

03. Naturalmente, un hijo de su tiempo tiene, aquí y allá, sus aires de familia. Algunos más evidentes o explícitos que otros. En el álbum familiar de industrias mikuerpo, no pueden faltar los hackers impregnados de literatura cyberpunk que pasan la noche en vela viviendo el sueño de "okupar la red" -o, mejor dicho, ser la red- como espacio de liberación de las identidades; el EZLN y su desarticulación práctica de los nudos gordianos de la acción política del siglo XX (reforma/revolución, vanguardia/masas, violencia/no violencia...); las mil y una estrategias de guerrilla de la comunicación, desde las burlas mediáticas y las noticias falsas, hasta la intervención callejera que desvía los signos de la ciudad; el movimiento de insumisión al servicio militar en España; los centros sociales okupados y sus circuitos de autoproducción alternativos (música, fanzines, etc.); la tentativa del Luther Blissett Project de formular una nueva mitología, expresamente adaptada al potencia antagonista de un nuevo sujeto productivo emergente: el trabajador inmaterial, figura principal de un "capitalismo de espíritu" basado en la información, los afectos, la cultura, la comunicación y la creatividad ("necesitamos mitos, narrativas que inciten a la intelectualidad de masas a pasar a la acción"). Etc.

04. Hackers, activistas contraculturales, artistas, okupas, militantes... El recurso al anonimato atraviesa todas las luchas que enfatizan la naturaleza colectiva, distribuida y descentralizada de la producción política -discursos, símbolos, enunciados, dispositivos- contra las estrategias (dentro y fuera de los movimientos) de control, apropiación, centralismo y jerarquización. El anonimato, entendido como espacio de todos y de nadie, afirma así el poder de cualquiera para actuar políticamente (contra la hegemonía de expertos y especialistas) y la fuerza de un nosotros cooperativo, abierto, contagioso. Esta revolución no tiene rostro. El programa de subversión de industrias mikuerpo daba sentido inmediato a mil prácticas espontáneas: "disfrázate con ropa vieja, utiliza los medios de modo fraudulento, multiplica las entidades y los eventos, estudia las dinámicas de posesión y ponlas en práctica. Todos somos pasajeros poseídos... Okupa o resiste". Multiplicación de alias y cuentas de correo en la red. Nombres de guerra y nombres mútiples. Pasamontañas zapatistas "tras los cuales estamos ustedes". Travestismo de identidades. Guerrilla de la comunicación. De ahí la fuerza de atracción que generó inmediatamente la imagen del virus propuesta por industrias mikuerpo para simbolizar las nuevas formas de acción que okupan, infiltran y parasitan los dispositivos, lenguajes y canales de mediación hegemónicos. El virus viene como del espacio exterior: en este caso, underground, comunidades abiertas, okupaciones, zonas temporalmente autónomas, inteligencia colectiva en la red... Las propuestas de industrias mikuerpo se dirigían a "un inmenso capital humano y creativo que no encontraba aplicación ni proyección social". Un "afuera" dibujado con los colores de la cooperación social que aún vivía más o menos libre de las redes de valorización capitalista. Así se entiende que el virus y los disfraces fuesen las herramientas adecuadas al doble agente que lleva una vida disociada entre el día y la noche. Arte esquizofrénico de la guerra.

05. Pienso que el movimiento global que arrancó en la contracumbre de Seattle en 1999 fue de alguna manera un "precipitado" de esos modos de politización en medio los cuales industrias mikuerpo funcionaba a la vez como virus y como síntoma. No sería difícil localizar entre las distintas prácticas y filones del movimiento global las cinco características de la "resistencia vírica" que mikuerpo planteaba en un texto aparecido en 1998: 1) la acción molecular difusa, buscando la convergencia en acciones puntuales y paradigmáticas en lugar de construir estructuras de intervención que restan movilidad y capacidad de contagio (como era sin embargo el deseo de la vieja política que se subió al carro antiglobalización sin dejarse afectar lo más mínimo por la novedad que suponía); 2) la amplificación mediática a través de los canales de mediación pero sin aceptar su lógica falsamente democrática y objetiva, sino constituyendo una respuesta (irónica, crítica, vírica) a la misma; y, más allá de eso, la constitución propia de poderosas herramientas de comunicación alternativa como la red indymedia, capaces incluso de rivalizar en algunos momentos con los medios oficiales en la puja por la construcción de actualidad; 3) la organización en red, el modelo descentralizado, desjerarquizado y difuso que permitía al movimiento incluir diferentes sensibilidades y pertenencias, hacer de la multiplicidad una potencia y no un obstáculo, poner en circulación cuerpos, afectos, herramientas, historias e imágenes; 4) el plagio y la subversión, esto es, el desvío y redireccionamiento de los códigos dominantes que en el movimiento global tomaba los nombres de activismo mediático, hacking, subvertising, tergiversación: las mismas contracumbres eran parte de esta guerra de metáforas, un juego de espejos mediante el cual el movimiento captaba y difundía por todas partes la imagen de unos poderosos encerrados en sus fortalezas blindadas y asediados por la gente cuyo destino aspiraban a gobernar; y 5) el anonimato de la acción para impedir ser nombrados por el poder, que en el movimiento global se concreta en el uso de símbolos "ciegos" que representan el carácter irrepresentable del movimiento, como los monos blancos ("una herramienta y no una identidad"). Estas afinidades no quieren funcionar como equivalencias identitarias, sino más bien como resonancias en el interior de un mismo contexto histórico en el que el movimiento global concentró de pronto energías y sedimentos dispersos con la fuerza y la velocidad de una flecha.

06. ¿Reveló esta experimentación a gran escala de la resistencia vírica -practicada en primer lugar por pequeños grupos- sus secretos a los dispositivos inmunólogicos que elaboran contratipos en las instituciones ("la formalización subvertida de la experiencia, la subversión de la subversión")? ¿Derivó la socialización y democratización salvaje de ciertos modos de hacer en fenómenos de cristalización de identidades, concentración de poder, centralización organizativa, representación, espectacularización? La crítica amargada, que lo sabe ya todo siempre de antemano, responderá que sí. Pero la impotencia sólo ve fracaso y derrota por todas partes, porque el fracaso y la derrota justifican a su vez a la mirada impotente. Es un círculo vicioso hecho de miedo a la experimentación-vida más allá de lo sabido y conocido, a la generalización e indeterminación de la batalla y a la misma posibilidad de la victoria. Uno de los méritos de industrias mikuerpo fue romper ese círculo despotenciador de la crítica que algunos llaman "lucidez".

07. El 13-M de 2004, dos días después del atentado terrorista en Madrid, una autoconvocatoria concentra a miles de personas frente a las sedes del PP exigiendo la verdad sobre lo sucedido. No convoca ninguna organización, la cita circula mediante sms e internet, mensajes de personas de confianza y fuentes múltiples, no sólo activistas. 2 años más tarde, mediante otra convocatoria anónima esta vez por internet y a escala nacional, se dispara el movimiento V de Vivienda que aún perdura en el momento de escribir estas líneas. Los núcleos donde resuena la convocatoria y se articula la protesta en la red son aún más abiertos, descentralizados y distribuidos que el 13-M: la blogosfera es decisiva en la intensificación de la convocatoria y de la movilización, indymedia queda en un segundísimo plano. La primera expresión callejera y no corporativa contra los efectos de la crisis económica se autoconvoca en toda España mediante la red para el 15 de octubre de 2008. Un poco después, los amigos de Álvaro Ussía, un chico asesinado por los porteros de una discoteca en Madrid, organizan mediante redes sociales como Facebook o Tuenti la concentración de duelo y protesta por lo ocurrido. Lo mismo sucede en torno a la muerte de Marta del Castillo en Sevilla durante 2009, el hecho atraviesa y tensa las redes sociales donde la chica asesinada y sus mismos asesinos participaban muy activamente. ¿Qué está pasando? Son los primeros pasos de un cambio tendencial de paradigma que desafía radicalmente los imaginarios y los modos de intervención crítica: la socialización del uso político de las herramientas tecnológicas entre la gente cualquiera, más allá de los circuitos activistas.

08. Si el primer anonimato de que hablamos quería expresar sobre todo la potencia de lo colectivo (comunidad abierta, sujeto multitudinario, inteligencia colectiva, cooperación social, etc.), el “anonimato en primera persona” extrae su fuerza de la conexión una-a-una entre singularidades cualquiera que hablan en nombre propio y que abren espacios de todos y de nadie donde las condiciones de pertenencia son difusas: la confianza que otorgo a los mensajes que nos convocan a la calle viene precisamente de que conozco a quien me lo envía; a las manifestaciones se llevan pancartas individuales con lemas propios; lo que prende comunicativamente con más fuerza son los testimonios en nombre propio sobre las condiciones de vida. El anonimato en primera persona introduce otro concepto de “verdad”. No ya la verdad “antagonista” opuesta a la verdad oficial, como en la contrainformación. Pero tampoco su pura disolución en un juego de imágenes, como en la guerrilla de la comunicación. El anonimato en primera persona pone en juego verdades no ideológicas. Sostenidas por un cuerpo, una experiencia (”lo que yo veo y vivo”) y vinculadas a una afectación, a una emoción (no las verdades frías del racionalismo y la ideología). Verdades que no se llaman a engaño (porque son vividas), aunque se puedan elaborar en muy distintas direcciones. Verdades que en ocasiones se pueden “comunizar” en tanto que parten del malestar ante un fondo de precariedad compartido: “No nos representan”, “No tendrás casa en la puta vida”, “Íbamos todos en ese tren”, etc. Verdades de cada cual que forman juntas una interioridad común.

09. Por todo ello no es de extrañar que el anonimato en primera persona se mueva como pez en el agua por la web 2.0. De pronto los canales de mediación se llaman Wikipedia, blogs, MySpace, Tuenti, Facebook... Sin duda son muy buenos negocios, pero también espacios del anonimato que cuestionan el monopolio de sentido de la cultura consensual, rompiendo con la transmisión centralizada y unidireccional de información. Sin duda son lugares de exposición de una subjetividad autorreferente, banal y consumista, pero también de la fuerza desnuda de una voz propia que no se esconde -tras ninguna ideología o 'nosotros' postizo. Sin duda son espacios despolitizados, pero también capaces de tensarse políticamente con una apertura y capacidad de interpelación que salta las fronteras sociales, económicas e ideológicas que cotidianamente nos dividen. Sin duda son caóticos y dispersivos, pero también experimentos descentralizados y distribuidos donde se conjugan de otro modo el yo y el nosotros, lo común y la singularidad. Sin duda son herramientas de gestión del Yo, pero también espacios de todos y de nadie abiertos a la expresión, los saberes y la creación de cualquiera, y que por ello desafían la representación como esfera exclusiva de los expertos (intelectuales, artistas, periodistas...). Disfrazarse en ellos con ropa vieja es impensable: la voz que tiene legitimidad y veracidad es la que parte de sí, los enunciados sostenidos por un cuerpo verificable. Ahí ya no se multiplican las entidades y los eventos, sino más bien las dimensiones de la propia existencia que se exponen y comparten con los demás. Los medios no se usan de modo fraudulento, sino que se lleva su lógica al extremo (y así gana el chikilicuatre). La organización jerárquica del sentido ya no es simplemente el Enemigo: ahora vivimos entre sus ruinas.

10. El 'afuera' de una fuerza de trabajo creativa "flotante" a la que apelaba industrias mikuerpo ya no existe. El anonimato en primera persona es hijo de la movilización total de la vida (como momento presente del capitalismo) que funciona mediante la autoactivación del Yo convertido en marca, convertido en proyecto. Pero el afuera pasa adentro. Es decir, el anonimato en primera persona sabe ser un hijo ingrato y rebelde. Esa ambivalencia del anonimato en primera persona es radical. Demasiado radical para los espacios militantes, cuya función de vanguardia se queda inmediatamente obsoleta cada vez que el anonimato en primera persona se tensa y autoorganiza. Demasiado radical para la crítica radical, cada día que pasa más extra-terrestre (e irrelevante) en sus delirios de pureza. La fuerza de la experiencia de industrias mikuerpo no sólo se encuentra hoy en la indudable actualidad de muchos de sus postulados, sino en el propio ejemplo de cómo la crítica operativa se hace mediante experiencias reales y en inmanencia con el mundo que se pretende transformar, dejándose afectar por él para poder afectarlo de vuelta. ¿Será capaz la crítica de aceptar ser poseída por el anonimato en primera persona, de dejarse okupar por este octavo pasajero y, una vez rotas las defensas verticales del juicio y la exterioridad, mutar en un cuerpo nuevo, que sepa vérselas, ahora sí, con la ambigüedad, las impurezas y los clarooscuros de la propia vida, que sepa rearticular (que no negar) sus saberes adaptándolos a nuevas situaciones y contextos, con el objetivo de dar cada vez más consistencia propia a los espacios del anonimato (los hechos de átomos y los hechos de bytes) y densidad común a los lazos que los unen, para unilateralizar su ambivalencia empujando hacia el polo de una deserción que ya no trata de fugarse del mundo, sino de implicarse cada vez más y más en él?

11. Una verdad que aprendimos en buena compañía: "La salida del infierno está allí donde las llamas son más altas".

* La reflexión sobre el pasaje al anonimato en primera persona es un viaje colectivo del que se pueden encontrar algunas señas aquí y allá: en el número 5-6 de la revista Espai en Blanc dedicado a "la fuerza del anonimato"; en la reflexión de Marga Padilla sobre los espacios de anonimato en la red; en los documentos sobre V de Vivienda del Grupo 47 (se encuentran en la red); o en buena parte del material producido en torno al 11-M, como el texto "Las luchas del vacío" o el libro Red ciudadana tras el 11-M; cuando el sufrimiento no impide pensar ni actuar (Acuarela Libros & A. Machado).

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