por Edgar Prodeo
A las sobras de mi festín
llegó un adulador.
Me era desconocido
aunque sé que es,
como Yo, muy duradero.
Sin rodeos accedí.
Abstraido, de incorporeidad
sumamente acabada, pagó bien
fragmentos de sobras
y el techo olvidado
de mi enorme cabeza.
Ahora sé dónde los ha situado
y por qué dicen allá que Él
está en Todo.
llegó un adulador.
Me era desconocido
aunque sé que es,
como Yo, muy duradero.
Sin rodeos accedí.
Abstraido, de incorporeidad
sumamente acabada, pagó bien
fragmentos de sobras
y el techo olvidado
de mi enorme cabeza.
Ahora sé dónde los ha situado
y por qué dicen allá que Él
está en Todo.
Amano # 3: "Poetas" (1996)
No hay comentarios:
Publicar un comentario