La pista seguida por Álvaro Colomer para Ajoblanco # 104 (febrero de 1998).
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¿Conoce usted a Luther Blissett? Si, hombre, si. Se lo presentaron recientemente. Haga memoria, aquel tipo ni moreno ni rubio, ni alto ni bajo, ni feo ni guapo. Ese charlatan que conoció en la última fiesta pero que le sonaba de antes. ¿Aún no lo recuerda? ¡Ah, claro!, olvidé decirle que no se llamaba Luther Blissett, sino Perico el de los Palotes. Pero, aún así usted le conoce.
Olvidese por un momento de la perogrullada esa de que todos vamos por la vida con careta porque la sociedad nos obliga a alienar nuestro autentico yo y bla, bla, bla. E imaginese que, en lugar de luchar contra la enajenación de nuestra auténtica personalidad, adoptamos un nombre y un rostro postizos expresamente. Es decir, prestamos nuestra individualidad a un proyecto globalizador que, convirtiéndonos a todos en la misma persona, descuartice el concepto de identidad de la Filosofia Occidental. Boom. Los patrones del pensamiento contemporáneo a hacer puñetas.
Así nació Luther Blissett. Un hombre sin DNI, pero con muchas personalidades y una existencia más que real. Una criatura arrancada de un cuadro de Magritte que, harta de intentar comprender el sistema, ha decidido luchar para que el sistema no la comprenda a ella. Una careta producida en masa desde las entrañas del submundo intelectual para que nos la pongamos todos y, así, soltemos carcajadas que estremezcan a los mismísimos cánones.
De alguna forma, Luther Blisset es hijo de Karen Eliot, una artista de múltiple nacionalidad aparecida a mediados de los 80. Aunque, hablando con propiedad, ella tampoco existió individualmente. Como explicaron Christiane Suppan, Peter Haggerty, Samantha Harrie y Dave Priestman -principales representantes de la exposicion celebrada en Liverpool a finales de 1996-, Eliot era un intento de "descubrir si la identidad de un artista se podía construir en una exposición".
Aglutinando obras de diversa índole y con distinta paternidad, se pretendía crear al autor. El proyecto se extendió lentamente y la personalidad de Karen Eliot creció a medida que nuevas mentes adoptaban la firma.
Manifiestos, obras de arte, videos, raves, performances..., hasta que la popularidad mató a esa chica que nunca existió.
Su hijastro, Luther Blissett, tomó el relevo. Perpretando el humor a los Duchamp de su madre -quien, en cierta ocasion, dejo un rollo de papel de water junto a la Piedra Rosetta-, Blissett consiguio que Chi l'a visto? (el "¿Quién sabe dónde?" italiano) desplegara un equipo de periodistas en su búsqueda. Semana tras semana, el Lobatón romano fruncía el ceño ante las pistas que los espectadores lanzaban. La presencia del tal Blissett se olía en el ambiente. Estaba cerca. La audiencia crepitaba de emoción y, cuando un avispado periodista descubrió la farsa, todo se vino abajo. Pluff.
Luther Blissett no existía como persona concreta. Al fin, alguien llamo para explicar que habían saboteado el programa para reivindicar el derecho a iniciar una nueva vida de aquellas personas que habían escapado de la rutina que las aprisionaba.
Luther Blisset es también cualquiera que así desee llamarse. El proyecto nació espontáneamente hacia 1994 de la mano de un grupo internacional de terroristas culturales. Sobre el origen y procedencia exactos del nombre poca informacion se puede dar. Hay quien investiga su etimología, su existencia histórica o su primera aparición en un documento alternativo. En realidad, poco importa su génesis. Como su individualidad en un mundo donde las verdades individuales son un crimen, una Personalidad Colectiva con la que respaldar nuestras acciones. La creación de un nombre postizo universal que aglutine miles de rostros es una oportunidad para ser otro, una pedorreta a las estructuras jerárquicas y un insulto al control de nuestras actividades. Porque, más allá del mero seudónimo individual, Luther Blissett es la identidad colectiva de cuantos tengan algo que decir o, simplemente, quieran escupir sobre las estructuras mediáticas engañándolas o apropiándoselas. Un nombre de alquiler donde enmascarar nuestras acciones. ¡No te tapes la cara! ¡generalízala!
Pero no se puede entender este proyecto sin repasar cierta doctrina antidoctrinal que pulula por Europa tal que un fantasma despolitizado.
Hablamos del Neoísmo, un movimiento emparentado con el Situacionismo, Fluxus, Futurismo, Punk, Dadaísmo y demás descalabros mentales que, si te aburren, puedes tirar a la basura. Neoísmo, nacido del Noismo, la negacion de los-ismos.
Desde la psicogeografía (para-ciencia que traza lineas geograficas de poder) hasta manifiestos a favor de destrozar el capitalismo a base de gastar más de lo que poseemos (con lo que la inflación petaría). La metafora más rebuscada, el ensayo ceñudo, el estudio basado en premisas ajenas a la realidad, la mentira tautológica... todo cabe en el Neoísmo. Una doctrina abierta que resquebraja el elitismo cultural tendiendo la mano a la opinión del hombre de la calle, ese ciudadano que también está asqueado, pero que no sabe cómo protestar. Entender el Neoísmo es destrozarlo y destrozar el Neoísmo es agrandarlo. Cualquiera puede formar parte del movimiento uniéndose libremente a él y adoptando un nombre de alquiler.
Tanto Karen Eliot como Luther Blissett, al igual que otras representaciones de la misma doctrina, adquieriendon notable importancia en el Reino Unido gracias a Smile, una revista alternativa que aglutinaba las rumiaduras de artistas de diversa nacionalidad. En el Reino Unido, Stewart Home es uno de los máximos representantes, si bien es cierto que sus ansias de notoriedad le han arrastrado a una especie de ostracismo dentro del movimiento. Y es que Home publica libros bajo su auténtico nombre llamando a la adopcion de un nombre postizo. Preguntado por la evidentísima contradiccion, responde así: "Se debe a la necesidad comercial. Si usara el nombre de Blissett solo me habría publicado un editor underground. Yo quería que el material llegara al más allá". Pese a sus intereses personales, sus libros son una buena guía para acercarse a todo este tinglado.
Uno de los campos de acción clave del Neoísmo es el arte. Encabezado por fanzines como el "Industrias Mikuerpo" o el "Amano", en Madrid y Barcelona se ha convocado una Huelga de Arte para el resto del país que adquiere, día a día, Blissett a Blissett, carácter mundial. Pero la Huelga de Arte no sera una Huelga de Artistas, sino un parón activo, o sea, una inactividad visible de quienes estan hastiados de la cultureta chaquetera y apestosa que monopoliza las instituciones. Se pretende una huelga del espectador, del artista y hasta del indiferente. Es un parón de creadores activos y pasivos, porque, segun escribió uno de los multiples Blissetts, "nadie es artista, nadie es critico ni publico si no es todas estas cosas a la vez".
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