Comunicado del Comité de artistas contra el Arte publicado en el boletín electrónico Amanita (1-I-2000)
Hoy, 1 de enero del año 2000, cada uno de l*s componentes del Comité de artistas contra el Arte de Madrid abandona toda actividad artística hasta el 31 de diciembre del año 2001 y se dispone a intensificar sus acciones de sabotaje cultural vírico y anónimo, que se extenderán a lo largo de estos dos años. Ésta es su respuesta a la convocatoria de huelga de arte lanzada por Karen Eliot & Luther Blissett & Monty Cantsin, a la que apoyó desde su formación y en cuya propaganda ha participado.
Tal y como se expresaba en esta propaganda, la huelga de arte no debe ser un mero abandono de los utensilios y canales de producción, sino que ha de ser una "huelga activa". Nuestra interpretación pone su énfasis en este último aspecto, por lo que asume la responsabilidad de continuar su extensión por todos los medios que no nos hagan incurrir en la lógica del espectáculo. Sabemos identificar estos medios y sabemos darles uso. Por ello, y a la luz del nuevo contexto que instauran los últimos acontecimientos, queremos añadir además: "…y ofensiva".
No tenemos la menor intención de quedarnos en el subsuelo. No queremos conquistar ninguna posición funcional en el actual contexto cultural globalizador. Nuestras opciones se reducen y nos declaramos en huelga, pero aspiramos con nuestra defección a hacernos presentes del único modo posible en cuanto artistas. Ello nos lleva a continuar la propaganda, extendiendo la descomposición y acogiendo con entusiasmo futuras adhesiones.
Convocada para Madrid y Barcelona y extendida posteriormente a Bilbao, en los últimos meses se ha sumado un eje muy activo en Granada, Cuenca y Ciudad Real. Este segundo triángulo es el que más activo se ha mostrado en los últimos días, denunciando por ejemplo la celebración de un evento mistificador en la ciudad de Cuenca al que se ha llamado, al socaire de una cierta moda y desde diversos patrocinios culturales a cuál más sospechoso: "situaciones".
El propósito de la huelga no deja de ser claro para nosotr*s: la destrucción de la dinámica espectacular y la instauración de un poder cultural paralelo que la contradiga, creando la base para la apropiación civil de los instrumentos (materiales y conceptuales) de producción de sentido. Nos consideramos solidari*s de cualquier interpretación de la huelga que tenga este ideal como horizonte, sean cuales sean sus modos de aplicación, y nos consideramos abiert*s a mantener la mayor relación posible con quienes las ejecuten.
Tenemos que denunciar el intento de manipulación llevado a cabo por el grupo editor del pseudoboletín Refractor en una "Declaración de Donostia" leída a nuestras espaldas en Arteleku el verano pasado. En dicha declaración no existe otra intención que la de hacerse oír personalmente a propósito de la huelga, como hicieron anteriormente a propósito de personas concretas. Su falsa interpretación no es producto de la desinformación, pues el grupo mencionado la posee de primera mano, sino a su falta de escrúpulos y a las "malas artes" que quedan al descubierto en el escrito de Luther Blissett "Lo que son y lo que pretenden los amigos del Refractor".
Una de sus falsificaciones consiste en denunciar la condición virtual del Comité de artistas contra el Arte. Este comité, creado para el apoyo de la huelga en Madrid, donde la adhesión es particularmente numerosa y lo desborda, nunca estuvo compuesto por menos de cuatro personas, y actualmente supera la docena de individuos, la mayoría de ellos relacionados con el movimiento de fanedición de mediados de los noventa, del que constituyeron la expresión más lúcida y radical antes de su disolución en modas y eventos municipales. Por otra parte, nunca funcionó como "órgano decisorio central" en el contexto de una huelga desjerarquizada y difusa como ésta, sin centro ni promotores, lo que nos impide precisamente hacer declaraciones a título personal.
Pero ya no es preciso defender la existencia de este comité. Como toda vanguardia que conoce su papel ha decidido disolverse, con fecha de hoy, en el momento mismo de pasar a la acción.
El resto, el ruido del que no dejamos de hablar, es el de nuestras propias voces.
* * *
Hoy, 1 de enero del año 2000, cada uno de l*s componentes del Comité de artistas contra el Arte de Madrid abandona toda actividad artística hasta el 31 de diciembre del año 2001 y se dispone a intensificar sus acciones de sabotaje cultural vírico y anónimo, que se extenderán a lo largo de estos dos años. Ésta es su respuesta a la convocatoria de huelga de arte lanzada por Karen Eliot & Luther Blissett & Monty Cantsin, a la que apoyó desde su formación y en cuya propaganda ha participado.
Tal y como se expresaba en esta propaganda, la huelga de arte no debe ser un mero abandono de los utensilios y canales de producción, sino que ha de ser una "huelga activa". Nuestra interpretación pone su énfasis en este último aspecto, por lo que asume la responsabilidad de continuar su extensión por todos los medios que no nos hagan incurrir en la lógica del espectáculo. Sabemos identificar estos medios y sabemos darles uso. Por ello, y a la luz del nuevo contexto que instauran los últimos acontecimientos, queremos añadir además: "…y ofensiva".
No tenemos la menor intención de quedarnos en el subsuelo. No queremos conquistar ninguna posición funcional en el actual contexto cultural globalizador. Nuestras opciones se reducen y nos declaramos en huelga, pero aspiramos con nuestra defección a hacernos presentes del único modo posible en cuanto artistas. Ello nos lleva a continuar la propaganda, extendiendo la descomposición y acogiendo con entusiasmo futuras adhesiones.
Convocada para Madrid y Barcelona y extendida posteriormente a Bilbao, en los últimos meses se ha sumado un eje muy activo en Granada, Cuenca y Ciudad Real. Este segundo triángulo es el que más activo se ha mostrado en los últimos días, denunciando por ejemplo la celebración de un evento mistificador en la ciudad de Cuenca al que se ha llamado, al socaire de una cierta moda y desde diversos patrocinios culturales a cuál más sospechoso: "situaciones".
El propósito de la huelga no deja de ser claro para nosotr*s: la destrucción de la dinámica espectacular y la instauración de un poder cultural paralelo que la contradiga, creando la base para la apropiación civil de los instrumentos (materiales y conceptuales) de producción de sentido. Nos consideramos solidari*s de cualquier interpretación de la huelga que tenga este ideal como horizonte, sean cuales sean sus modos de aplicación, y nos consideramos abiert*s a mantener la mayor relación posible con quienes las ejecuten.
Tenemos que denunciar el intento de manipulación llevado a cabo por el grupo editor del pseudoboletín Refractor en una "Declaración de Donostia" leída a nuestras espaldas en Arteleku el verano pasado. En dicha declaración no existe otra intención que la de hacerse oír personalmente a propósito de la huelga, como hicieron anteriormente a propósito de personas concretas. Su falsa interpretación no es producto de la desinformación, pues el grupo mencionado la posee de primera mano, sino a su falta de escrúpulos y a las "malas artes" que quedan al descubierto en el escrito de Luther Blissett "Lo que son y lo que pretenden los amigos del Refractor".
Una de sus falsificaciones consiste en denunciar la condición virtual del Comité de artistas contra el Arte. Este comité, creado para el apoyo de la huelga en Madrid, donde la adhesión es particularmente numerosa y lo desborda, nunca estuvo compuesto por menos de cuatro personas, y actualmente supera la docena de individuos, la mayoría de ellos relacionados con el movimiento de fanedición de mediados de los noventa, del que constituyeron la expresión más lúcida y radical antes de su disolución en modas y eventos municipales. Por otra parte, nunca funcionó como "órgano decisorio central" en el contexto de una huelga desjerarquizada y difusa como ésta, sin centro ni promotores, lo que nos impide precisamente hacer declaraciones a título personal.
Pero ya no es preciso defender la existencia de este comité. Como toda vanguardia que conoce su papel ha decidido disolverse, con fecha de hoy, en el momento mismo de pasar a la acción.
El resto, el ruido del que no dejamos de hablar, es el de nuestras propias voces.
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