
por Ken Knabb
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Nunca se ha dado en la historia un contraste tan chocante entre lo que sería posible y lo que se da realmente.
Basta hoy examinar todos los problemas del mundo, la mayoría de los cuales son bien conocidos, y meditar sobre ellos no tiene normalmente otro efecto que hacernos menos sensibles a su realidad. Pero aunque seamos “suficientemente estoicos para soportar las desgracias de los demás”, a la larga el deterioro social presente nos afecta a todos. Quienes no padecen represión física directa tienen que soportar aún las represiones mentales impuestas por un mundo cada vez más mediocre, estresante, ignorante y feo. Quienes escapan de la pobreza económica no pueden escapar del empobrecimiento general de la vida.
Y ni siquiera a este nivel mezquino puede ya continuar ésta. La destrucción del planeta por el desarrollo mundial del capitalismo nos ha llevado a un punto en que la humanidad puede extinguirse en pocas décadas.
Y sin embargo este mismo desarrollo ha hecho posible abolir el sistema de jerarquía y explotación basado previamente en la escasez material e inaugurar una forma nueva y genuinamente liberada de sociedad.
Saltando de un desastre a otro en su camino a la demencia colectiva y el apocalipsis ecológico, este sistema ha desarrollado una inercia fuera de control, incluso para sus supuestos dueños. A medida que nos aproximamos a un mundo en el que no somos capaces de abandonar nuestros ghettos fortificados sin vigilantes armados, ni salir a la calle sin aplicarnos protección solar para no coger un cáncer de piel, resulta más difícil tomar en serio a quienes aconsejan mendigar unas cuantas reformas.
Lo que hace falta, creo, es una revolución democrática-participativa mundial que aboliría tanto el capitalismo como el estado. Admito que es mucho pedir, pero me temo que no bastará con ninguna solución de menor alcance para llegar a la raíz de nuestros problemas. Puede parecer absurdo hablar de revolución, pero todas las alternativas asumen la continuación del actual sistema, que es aún más absurdo.
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