por Domingo Mestre (United Artists Of The Museum)
* * *
Queridos amigos/as:
No sé si sabéis que por ahí, junto a vosotros, están los otros.
Os hablo de todos aquellos, y aquellas, que a pesar de estar trabajándose la cosa artística (motivo por el cual son denominados, de forma genérica, artistas) todavía se preocupan por los problemas mundanos.
Quizás sea porque al no ser tan grandes como vosotros -ellos no gastan la Mayúscula honorífica- su cabeza les queda más cerca del suelo y es allí, a ras de tierra, donde se percibe con más intensidad ese olor a podrido que poco a poco se esta apoderando del lugar.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Porque, en el fondo, a toda esta gente también les inquietan las grandes cuestiones -como a todos- pero buscando nuevos atajos hacia el Infinito han descubierto que el Futuro que les habían vendido no tenía más prestancia que esa línea de carboncillo que se hace pasar por el Horizonte (de nuestras expectativas).
Desde entonces muchos de ellos, y de ellas, desprecian la miserable gloria del laurel -y también la del papel-. Ahora, muchos de ellos han empezado a (pre)ocuparse de los aspectos más pragmáticos de este Espectáculo -y del arte- los cuales, a la postre, están resultando de lo más enjundiosos. Pero a los grandes Artistas parece que os hacen poca gracia todas estas menudencias y a más de uno le han oído burlarse de lo que, para ellos, no son sino limitaciones antropomórficas de los pequeños artistas sin mayúscula. Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Porque también sé que hay algunos entre vosotros, los más estirados -y los más estúpidos-, que han encontrado las puertas del Paraíso en el negro agujero de su ombligo y por eso quieren hacernos creer que allí estaba escrita, desde siempre, la voz de su Destino.
Aunque la cosa no debe ser para tanto, pues al final terminan aceptándolo todo por casi nada.
En estos momentos me cuentan que la mayoría está canjeando "la honra de su virtud" por una buena patada institucional que les proyecte a las celestes alturas Massmediáticas.
Parece ser que albergan la secreta esperanza de que, así, "algo" se quedara flotando, etéreo, en el Olimpo de la Historia -o en la mediocre colección del Museo-.
Pero no nos engañemos, aquí lo que flota en el ambiente es la pura tontería; lo único que, hoy por hoy, pesa menos que el aire. Pero tranquilos! Que no pasa nada. Porque ya sé que todos los Artistas grandes no sois así.
¡Claro que no!
Sé bien que existen otros modelos, incluso varias marcas, de grandes Artistas.
Los hay que no se conforman nunca con lo que tienen y cuando se presentan en público lo hacen siempre de rodillas, un poco mimosos y suplicantes, susurrando a quien les escuche que ellos son más humildes que nadie.
Pero en esto hay algo que no huele bien, porque después, mientras se arrastran obedientes por el encerado pavimento promocional, utilizan su elevada estatura moral para vocear la grandeza de su "gran Empresa".
A cambio de ello parece que a algunos les están regalando bonos y acciones para una plaza de aparcamiento, a su nombre, en los sótanos del gran Centro Comercial.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Y aunque éste sea el sueño recurrente de todos los Artistas (sean grandes o pequeños) también debéis tener en cuenta que ahora es mucha la competencia que hay en el Mercado.
Y siendo tantos los que tendrían que comer de la Beneficencia y del Dinero negro podría suceder (y está sucediendo) que, por muy alto que pusieran el pedestal, nunca acabara de llenarse vuestro estómago, aunque sí que lo hará el bolsillo de todos los demás, seguro!.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Pues también hay muchos grandes Artistas (en el fondo, los más ingenuos) que piensan que su trabajo es tan brillante que no les permite ensuciarse las manos con mugrientos asuntos de dinero.
Por eso os quedáis en casa esperando, sentados y callados, a que llegue alguien -quizás el gran Crítico iluminado?, algún día -sera cuando ya estén todos muertos?-, que por fin os reconozca vuestros grandes méritos.
Mientras tanto seguís remoloneando a la expectativa, picoteando aquí y allá, y cultivando vuestra famosa aura de Artistas casi malditos y gloriosamente desconocidos.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Aunque no deberíais olvidar que con esta actitud (por otra parte, loable donde las haya) sólo conseguiréis engrosar las filas del nutrido Batallón de grandes Artistas de reserva (o en ciernes) , el cual, finalmente, está cumpliendo ahora las mismas funciones respecto al Espectáculo del Arte que los parados (o los Jóvenes) están ejerciendo en relación al Capitalismo Avanzado -o Progresado-.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Puesto que aquí y ahora, por fortuna, no están dejando que nadie se muera de hambre -ya se sabe, siempre nos queda la docencia-.
Debe ser por eso que son tantos los Artistas (grandes y no tan grandes) que, a pesar de estar llenando con sus trabajos la programación institucional, no se consideran profesionales -al respecto yo también tengo mis dudas, pero intuyo que aquí hay trampa-. Por eso será -claro!- que a nadie le está molestando ser, a la vez, el motor y el único engranaje de esta máquina tan bonita (la del Espectáculo Oficial del Arte y de la Cultura) a quien no es necesario remunerar por su trabajo.
Aunque si a esto le aplicáramos una mínima lógica de razón común, entonces, deberíamos pensar que todos estos artistas no son, en el fondo (digámoslo claro: que no somos todos), sino simples aficionados -y, desde luego, eso sí que no, yo no lo soy!-.
Pero tranquilos! Que aquí nunca pasa nada.
Aunque tampoco estaría mal que de una vez pasara algo.
Y que hubiera alguien, en este mundillo del arte y de los artistas, que aún no estuviera enfermo de grandeza.
Gente que respecto a las promesas de Futuro supiera, de entrada, que lo mejor es no creerse nada.
Pero sin engañarse del todo; porque si bien es cierto que quienes controlan la situación no están dispuestos a regalarnos nada -ahora ya lo tienen casi todo, y gratis-, también es cierto que sin nosotros, Ellos (los que mandan), tampoco tendrían nada, no hay burdel sin prostitutos/as.
No sé si sabéis que por ahí, junto a vosotros, están los otros.
Os hablo de todos aquellos, y aquellas, que a pesar de estar trabajándose la cosa artística (motivo por el cual son denominados, de forma genérica, artistas) todavía se preocupan por los problemas mundanos.
Quizás sea porque al no ser tan grandes como vosotros -ellos no gastan la Mayúscula honorífica- su cabeza les queda más cerca del suelo y es allí, a ras de tierra, donde se percibe con más intensidad ese olor a podrido que poco a poco se esta apoderando del lugar.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Porque, en el fondo, a toda esta gente también les inquietan las grandes cuestiones -como a todos- pero buscando nuevos atajos hacia el Infinito han descubierto que el Futuro que les habían vendido no tenía más prestancia que esa línea de carboncillo que se hace pasar por el Horizonte (de nuestras expectativas).
Desde entonces muchos de ellos, y de ellas, desprecian la miserable gloria del laurel -y también la del papel-. Ahora, muchos de ellos han empezado a (pre)ocuparse de los aspectos más pragmáticos de este Espectáculo -y del arte- los cuales, a la postre, están resultando de lo más enjundiosos. Pero a los grandes Artistas parece que os hacen poca gracia todas estas menudencias y a más de uno le han oído burlarse de lo que, para ellos, no son sino limitaciones antropomórficas de los pequeños artistas sin mayúscula. Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Porque también sé que hay algunos entre vosotros, los más estirados -y los más estúpidos-, que han encontrado las puertas del Paraíso en el negro agujero de su ombligo y por eso quieren hacernos creer que allí estaba escrita, desde siempre, la voz de su Destino.
Aunque la cosa no debe ser para tanto, pues al final terminan aceptándolo todo por casi nada.
En estos momentos me cuentan que la mayoría está canjeando "la honra de su virtud" por una buena patada institucional que les proyecte a las celestes alturas Massmediáticas.
Parece ser que albergan la secreta esperanza de que, así, "algo" se quedara flotando, etéreo, en el Olimpo de la Historia -o en la mediocre colección del Museo-.
Pero no nos engañemos, aquí lo que flota en el ambiente es la pura tontería; lo único que, hoy por hoy, pesa menos que el aire. Pero tranquilos! Que no pasa nada. Porque ya sé que todos los Artistas grandes no sois así.
¡Claro que no!
Sé bien que existen otros modelos, incluso varias marcas, de grandes Artistas.
Los hay que no se conforman nunca con lo que tienen y cuando se presentan en público lo hacen siempre de rodillas, un poco mimosos y suplicantes, susurrando a quien les escuche que ellos son más humildes que nadie.
Pero en esto hay algo que no huele bien, porque después, mientras se arrastran obedientes por el encerado pavimento promocional, utilizan su elevada estatura moral para vocear la grandeza de su "gran Empresa".
A cambio de ello parece que a algunos les están regalando bonos y acciones para una plaza de aparcamiento, a su nombre, en los sótanos del gran Centro Comercial.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Y aunque éste sea el sueño recurrente de todos los Artistas (sean grandes o pequeños) también debéis tener en cuenta que ahora es mucha la competencia que hay en el Mercado.
Y siendo tantos los que tendrían que comer de la Beneficencia y del Dinero negro podría suceder (y está sucediendo) que, por muy alto que pusieran el pedestal, nunca acabara de llenarse vuestro estómago, aunque sí que lo hará el bolsillo de todos los demás, seguro!.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Pues también hay muchos grandes Artistas (en el fondo, los más ingenuos) que piensan que su trabajo es tan brillante que no les permite ensuciarse las manos con mugrientos asuntos de dinero.
Por eso os quedáis en casa esperando, sentados y callados, a que llegue alguien -quizás el gran Crítico iluminado?, algún día -sera cuando ya estén todos muertos?-, que por fin os reconozca vuestros grandes méritos.
Mientras tanto seguís remoloneando a la expectativa, picoteando aquí y allá, y cultivando vuestra famosa aura de Artistas casi malditos y gloriosamente desconocidos.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Aunque no deberíais olvidar que con esta actitud (por otra parte, loable donde las haya) sólo conseguiréis engrosar las filas del nutrido Batallón de grandes Artistas de reserva (o en ciernes) , el cual, finalmente, está cumpliendo ahora las mismas funciones respecto al Espectáculo del Arte que los parados (o los Jóvenes) están ejerciendo en relación al Capitalismo Avanzado -o Progresado-.
Pero tranquilos! Que no pasa nada.
Puesto que aquí y ahora, por fortuna, no están dejando que nadie se muera de hambre -ya se sabe, siempre nos queda la docencia-.
Debe ser por eso que son tantos los Artistas (grandes y no tan grandes) que, a pesar de estar llenando con sus trabajos la programación institucional, no se consideran profesionales -al respecto yo también tengo mis dudas, pero intuyo que aquí hay trampa-. Por eso será -claro!- que a nadie le está molestando ser, a la vez, el motor y el único engranaje de esta máquina tan bonita (la del Espectáculo Oficial del Arte y de la Cultura) a quien no es necesario remunerar por su trabajo.
Aunque si a esto le aplicáramos una mínima lógica de razón común, entonces, deberíamos pensar que todos estos artistas no son, en el fondo (digámoslo claro: que no somos todos), sino simples aficionados -y, desde luego, eso sí que no, yo no lo soy!-.
Pero tranquilos! Que aquí nunca pasa nada.
Aunque tampoco estaría mal que de una vez pasara algo.
Y que hubiera alguien, en este mundillo del arte y de los artistas, que aún no estuviera enfermo de grandeza.
Gente que respecto a las promesas de Futuro supiera, de entrada, que lo mejor es no creerse nada.
Pero sin engañarse del todo; porque si bien es cierto que quienes controlan la situación no están dispuestos a regalarnos nada -ahora ya lo tienen casi todo, y gratis-, también es cierto que sin nosotros, Ellos (los que mandan), tampoco tendrían nada, no hay burdel sin prostitutos/as.
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