lunes, 19 de julio de 2010

Defección: resistencia vírica

Segunda parte del artículo Dinámica de virus. El principio de realidad virtual, aparecido en varias páginas web en 1998 y publicado en Salamandra # 10 (1999), así como posteriormente en radikales livres. En esta parte del artículo se enuncian algunos principios de un movimiento de "resistencia vírica" en el que disolver las estructuras de industrias mikuerpo.

* * *

por Luis Navarro

3. El enemigo está dentro: el individuo autosuficiente contemporáneo tiene un pasajero dentro de su cuerpo. Un giro en la percepción de lo trascendente nos ha llevado de lo infinitamente grande y separado a lo inconcebiblemente pequeño y adquirido. Nuestro concepto de individuo separado está en crisis no sólo por razones políticas, sociales, culturales o psicológicas. Tampoco en sentido biológico podemos hablar de un sistema orgánico autosostenido mediante interacción con un entorno inanimado; tal sistema sería estable y se limitaría a consumar su destino. Innumerables microorganismos nos habitan, completamente adaptados a nuestros procesos fisiológicos y reproductivos, entregados como oferta en el mismo pack consumible de la vida. Algunos son a veces molestos, otros pasan simplemente inadvertidos y muchos resultan imprescindibles para consumar los procesos vitales a que estamos adaptados; ni siquiera seríamos sin ellos.

Pensemos en una comunidad tan heterogénea que una parte de sus miembros ignora qué percepción del mundo se da en la otra, o desconocen mutuamente su existencia porque la desarrollan dentro del mismo soporte, pero en contextos totalmente diferentes. No están hechos para percibirse, y sin embargo interactúan de forma simbiótica. En esta comunidad de especies que han alcanzado un estado de equilibrio dentro del sistema compartido se infiltran permanentemente elementos invasores. Hacia fuera, este sistema inestable forma parte de otro(s) sistema(s) inestable(s) con los que se relaciona, buscando siempre su posición y su equilibrio. Sería difícil establecer una jerarquía en este juego de equilibrios y derivas: los planos separados tienden a mezclarse, 'lo desconocido' siempre llega como una noticia de esos otros planos de realidad, se produjo en ellos como un desarrollo autónomo que ahora interfiere el nuestro, trascendencia que hoy se concibe como producción: el virus que llega del espacio exterior.

El Virus sería un elemento simple cuyo único objetivo es la propia reproducción en otros seres. El elemento invasor no es esencialmente maligno ni busca destruir el sistema que empieza a parasitar, sino todo lo contrario, ya que sus propias posibilidades de reproducción dependen por completo de las posibilidades de reciclaje de dicho sistema, tanto como su propia existencia no se manifiesta sino como un cambio en la forma del mismo. Sin embargo tiende a provocar siempre un desajuste cuando esta forma de existencia no ha sido plenamente adaptada. Si el elemento ya ha sido procesado el sistema dispondrá de anticuerpos que desactivarán el mensaje desequilibrante, pero este mecanismo no está garantizado, ya que los microorganismos, en función de su simplicidad, son capaces de una gran plasticidad, y consiguen transmitir con frecuencia los mismos síntomas bajo codificaciones siempre nuevas. Es conocida la dificultad enfrentada por los virólogos a la hora de detectar y tratar el SIDA, debido a la enorme "astucia" planteada por el virus responsable de esta constelación difusa de "enfermedades", capaz de mutar constantemente y de alcanzar formulaciones de sí mismo que burlan todas las vigilancias. Cada año se detectan nuevas formulaciones del virus de la gripe, muchas de ellas provocadas por los desafíos lanzados por la medicina a través de las vacunas y de la medi(c)ación paranoica, dándose el resultado paradójico de que la propia lucha contra el virus puede fomentar la aparición de especies adaptadas a las nuevas condiciones.

El virus no ataca al organismo globalmente, sino que lo infecta localmente. La misión de la partícula vírica que logra alcanzar la célula sin ser reconocida es modificar su código genético en un sentido que facilite su propia replicación. Pero este "fraude" de escritura, este detournement clandestino del espacio ocupado producirá en el organismo que lo soporta el "síntoma" mediante el que el virus se expresa, y únicamente a partir del cual será diagnosticada su existencia. El síntoma es la emergencia en un plano de realidad de algo que acontece en otro plano de realidad, la noticia de lo trascendente o la "novedad comunicable". Sólo la esporádica afirmación del virus desarraigado y disconforme nos da algo que decir cuando alguien nos pregunta cómo estamos. Para el enfermo todo es sinónimo de su enfermedad, y él mismo no se define por otra cosa.

Ahora la célula expele partículas víricas capaces de contaminar otras células y reiniciar el proceso. Generalmente un virus es una escritura azarosa con pocas probabilidades de asentarse en el sistema: sus efectos virulentos suelen ser destructivos para el organismo que lo hospeda, por lo que son rechazados finalmente por el mecanismo inmunológico o agotan su ciclo sin asegurarse la reproducción. Así como todo ser vivo se adapta al medio, emigra o perece, el Virus se adapta al ser vivo, muta o es eliminado como una simple toxina. Por ello el virus que parasita temporalmente un organismo busca medios de transmisión a través de los cuales acceder a otros organismos y reiniciar allí el proceso, manifestándose cuando lo logra en forma de epidemia. También en el proceso de contagio muestran los virus una diversidad notable: todo tipo de fluidos corporales, objetos compartidos, alimentos ingeridos o el propio aliento según el tipo. En el caso improbable, pero posible en función del gran número de interacciones, de que el virus se estabilizase en un número de individuos, habría generado un factor transmisible de diversidad.

La dinámica descrita presenta grandes analogías con los procesos de interacción social que se condensan en la cultura. La cultura es la realidad formal que media la actividad humana. No podemos saber si nos posee o la poseemos. Cuando la concebimos como algo dado e indiscutible es probablemente ella quien se reproduce a nuestra costa. Cuando nos oponemos a algunos de sus contenidos lo hacemos siempre en función y a través de otros, de manera que no hay posibilidad de escapar a alguna dinámica de abstracción que nos haga reconocibles para los demás, a alguna formalización por tanto de algo que podríamos percibir, continuando con nuestro juego, como "el virus de la cultura", o el concepto de cultura atravesando la historia, transmitiéndose bajo un proceso análogo y muy diversas formulaciones. Suponer aquí que la cultura es un virus que se reproduce de modo estable en el animal humano no implica sino la metáfora de un injerto orgánico que se ha impuesto en las dinámicas selectivas y se ha constituido en capacidad del animal viviente lanzado a una nueva etapa evolutiva: cultura, en vez colmillos, un olfato fino o piernas veloces. Cultura, en lugar de miedo.

La base para esta analogía la otorga el hecho de que ambos sistemas se estructuran como una escritura. Podemos comprender nuestra secuencia ADN como la escritura inmanente que determina la mayor parte de los rasgos externos del individuo viviente, y las fórmulas condensadas de la cultura (ritos, mitos, instituciones o costumbres) como escritura trascendente que determina la mayoría de las disposiciones prácticas del individuo humano. No porque en nuestra cultura occidental y judeocristiana el libro haya sido el medio de transmisión de cultura por antonomasia y haya heredado el prestigio de "objeto revelador" de su origen: esto más bien contribuye a sepultar y mistificar el tipo de escritura al que hago referencia, que no es sino la imagen que un grupo humano se hace de sí mismo. No es preciso ceñirse a la secuencia discursiva y si acaso sí concebir ya esa mediación que es el objeto transmisor de cultura como una emergencia que parasita la conciencia social y busca reproducirse en ella. A través del libro, al fin y al cabo, el conocimiento establecido se reproduce en las conciencias como un residente estable y estabilizador, es el aparecido que trae la noticia trascendente de la autoridad histórica, pero que en la modernidad se constituye también, al lado de las mediaciones que le suceden y muy influido entonces por ellas, en molécula responsable de nuevas apariciones, producciones que la dinamizan.

Pero no se trata aquí de describir dos dinámicas paralelas, de las cuales una sería la alegoría más o menos mecánica de la otra y ésta el paradigma más o menos sesgado de aquélla. Ambos planos de realidad, naturaleza y cultura, no pueden entenderse en oposición ni sólo en relación de complementariedad formal, sino que están imbricados uno en el otro, resultan en última instancia indiscernibles y su conceptualización separada sólo obedece a una elección de perspectiva. El individuo humano está genéticamente dispuesto para ser un individuo cultural; nuestra escritura exterior del mundo condiciona la supervivencia de determinados rasgos sobre otros. Esta interactividad, que siempre ha funcionado de hecho naturalizando la cultura al tiempo que se cultivaba la naturaleza, mantenía bajos niveles de eficacia mientras seguía predominando una naturaleza indomable sobre la que se injertaban dolorosamente los rasgos de la cultura, mientras que unos pocos, apropiándose de lo que es común y de sus mediaciones, ponían en juego nuevos dinamismos selectivos. Los mecanismos por los que ese conocimiento resulta operable permanecían a disposición de una minoría, por lo que se presentaba como un flujo trascendente, dado e imperativo. Hoy transcurrimos la mayor parte de nuestra existencia en un entorno culturizado en el que la novedad constituye la norma y la única marca de trascendencia a que podemos aspirar. El paisaje de diseño (más o menos afortunado) que son nuestras ciudades aparcela y canaliza nuestra conciencia igual que lo hace con el territorio. Los vaivenes de la opinión pública siguen los dictados de la información. Se existe televisivamente, periodísticamente, informáticamente. Los eventos ya no son lo que sucede, ni la trascendencia que se expresa a través de ellos, sino la reconstrucción vírica que de ellos hacen los medios. El flujo incontinente de novedades se ha abstraído de toda noción de progreso y ya no tiende sino hacia sí mismo. La representación, que se materializa en la erección que provoca la chica del anuncio, termina absorbiendo a ésta y reconduciéndola hacia la abstracción extrema del flujo de capital, Representación Máxima. Retorno del Aparecido, de una forma de Trascendencia que se ha hecho indiscutible bajo su disfraz profano. La dominación capitalista, que tiene su origen en la revolución burguesa, se reproduce de nuevo y se refuerza con cada revolución virtualizada. Todas estas novedades han perdido su poder de innovación. El principio de placer y el principio de realidad, tradicionalmente enfrentandos como el sujeto a sus resistencias, han sido superados por la máquina del capital mediante la formulación de un principio de realidad virtual que mistifica toda realidad en su representación y permite el goce de la representación en sí misma.

El primer movimiento por el que la máquina capitalista se agencia cualquier impulso de transformación es el reconocimiento. A medida que la máquina procesa información y se hace más compleja resulta mucho más sencillo para ella incorporar novedades y adecuarlas a sus mecanismos de producción, e incluso aportar alguna modelización previa que reconduzca la novedad al campo glamouroso de los "remakes". Aquí la máquina sale a la calle (el activista y el espía utilizan probablemente la misma marca y modelo) y recorre con su ojo divino las huellas de resistencia de lo humano, ensañándose en la mierda y en los cristales, buscando la proporción que produce la emergencia, allí donde aún queda algo que contar. A continuación se produce el aislamiento de la molécula emergente y sus propiedades: la máquina selecciona los accesos a esa realidad, abstrayéndola de sus relaciones, y se apropia de la trascendencia propia del suceso, de su alma o paradigma. De ella no quedan más que imágenes, y éstas no son todavía sino material en bruto. Siguiente paso: elaboración de contratipos. La máquina corta y pega a conveniencia de la máquina, construye su propia trascendencia, se autoproduce en el nuevo paradigma. Aunque documentase fielmente el paradigma originario, ya no es lo que fue, ni deja de serlo, lo que permite conjugar a conveniencia lo virtual y lo real en esa frontera ambigua. El proceso se culminará con la conversión en mercancía buscada desde el principio, momento en que se hace patente la conversión de lo otro en lo mismo y la reproducción de lo mismo a través de lo otro, es decir, el mecanismo básico de alienación con todas las matizaciones y extensiones que hoy comporta.

Este proceso, repetido una y otra vez, enfrenta siempre el problema del desgaste de lo conocido. La reproducción de la Máquina, no referida a ninguna trascendencia exterior que la justifique, necesita alentar su propia trascendencia, recrear siempre lo sorprendente, lo no visto, el lugar donde el miedo y el deseo todavía movilizan alguna transacción numérica. Esto le lleva a transgredir constantemente los códigos (hasta que el efecto de transgresión se vuelve contra sí mismo), a innovar y multiplicar permanentemente el campo de las mediaciones (hasta que la mediación sea comprendida por el ciudadano medio como un juguete sin más trascendencia), a hacer cada vez más visible lo que proliferaba gracias a su invisibilidad. Y aunque estamos todavía lejos de localizar, aislar y desactivar a nuestro propio "odiado pasajero", el modelo y su puesta en práctica resultan hoy accesibles para cualquiera que desease estar verdaderamente informado.


4. Durante mucho tiempo los movimientos de transformación social han asumido que se enfrentaban a un sujeto histórico específico desde una posición bien definida. Con respecto a las mediaciones, algunos han aceptado someterse a su lógica, sin lograr así producir ninguna disidencia real puesto que se asumían todas las determinaciones derivadas de la misma, y otros se han limitado a prescindir de ellas al punto de no existir. Pero así como los sistemas de dominación han variado sus tácticas sin renunciar a sus propios fines, sólo una adecuación en los principios y tácticas de la resistencia podría abrir alguna esperanza de intervención real en la construcción de la realidad futura. Este proyecto de intervención se hace más necesario y comprometido a medida que disminuye la capacidad de luchar global y frontalmente contra las instituciones, y en la misma medida en que se radicaliza el conflicto entre la concentración de los poderes y la difusividad de los nuevos medios. He aquí algunos caracteres muy genéricos que podría contener un nuevo código de resistencia adecuado a los tiempos de la filtración vírica:

i. La concentración creciente de poder, capital e información, que han llegado a ser sinónimos y a fundirse en el "espectáculo", no puede ser enfrentada mediante grandes concentraciones de lo mismo. Toda sistematización debe entenderse como incorporación del sistema, facilita los procesos de reconocimiento e integración y entrega el contratipo ya fabricado a la escenificación virtualizada de la realidad social. Lo que hubiera debido quedar claro de las sucesivas revoluciones y sus consecuencias es que no es tanto la afiliación de la clase dominante como la propia lógica de la dominación lo que debe cuestionarse, y esto no puede hacerse en la práctica sino oponiendo al poder creciente del capital concentrado un tipo de acción molecular difusa. Así como la guerrilla se constituyó en la alternativa de los ejércitos populares a las rígidas estructuras militares invasoras en la época de las barricadas, la guerrilla cultural busca la amplificación mediática mediante acciones locales y paradigmáticas, en vez de construir estructuras de intervención que le restan movilidad y que no resultan posibles allí donde no es posible movilizar a las masas. El reciente cambio de estrategia del movimiento de insumisión en España aporta un modelo de resistencia vírica en fase experimental que busca remontar el reflujo social conformista tras anunciar el presidente del gobierno la próxima profesionalización del ejército. Ante la posible desmovilización que esta decisión política pudiese ocasionar entre los antimilitaristas, el movimiento de ón en los cuarteles llamar la atención acerca de que el verdadero objetivo es el cuestionamiento total de los ejércitos, y del peligro que podría constituir un ejército profesional desvinculado del pueblo. A la retirada de la amplificación mediática que supondría la despenalización de sus reivindicaciones, el movimiento reacciona filtrando algunos elementos en la institución militar para producir después espectaculares declaraciones públicas de insumisión que obligan a la sociedad a replantearse las verdaderas coordenadas del debate. Así, el movimiento suple su anterior capacidad de movilización mediante una campaña de filtraciones víricas locales e impide que se cierre el debate social en un punto de inflexión vital del mismo.

ii. La acción molecular deja de ser un fenómeno aislado que se agota en sí mismo trascendiéndose en las mediaciones. Como el virus necesita al portador para reproducirse, así la acción molecular necesita la amplificación mediática para llegar a otras conciencias. Los situacionistas se dieron cuenta de que el campo de aplicación del juego de posibilidades experimentales que desarrolla el artista ya no era meramente el de los contenidos o el de las formas, sino el de la pragmática de los discursos. "Utilizaron" diversas celebraciones oficiales para dar a conocer sus propios puntos de vista de modo imprevisto y escandaloso aprovechando la concentración de medios, "desviaron" signos institucionales artísticos o publicitarios, "ocuparon" la radio y la imprenta universitaria para extender el movimiento de las ocupaciones en mayo de 1968 a otros focos, se "apoyaron" en instrumentos de cultura de masas como el comic o el cine para difundir teoría revolucionaria. Esta aceptación de los canales de mediación no debe suponer sin embargo la asunción de su lógica, sino que ha de constituir una respuesta a la misma. Ciertas formas de discurso activístico surgidas en los setenta con la puesta en circulación de las tecnologías domésticas derivaron pronto en un género endogámico de práctica artística con una estética bien definida, o se disolvieron en su propia falta de perspectivas sin conseguir otra cosa que potenciar estas mismas tecnologías y servir como mercado de vanguardia, y lo mismo volverá a suceder ante el nuevo discurso mesiánico que viene acompañando la eclosión de las "democratizadoras" y "participativas" redes electrónicas, que parece que debieran llevar su carácter emancipador inscrito en su estructura. Como también sucedió con el movimiento de fanzines y otras prácticas Do It Yourself, valiosas y necesarias en sí mismas, pero pronto agotado en la virtualización planificada por unos cuantos capitalistas que supieron sacar tajada material de la "idea" o disuelto en la más absoluta insignificancia. El lado enunciativo del discurso espectacular transforma el acto de rebelión su contrario, el contratipo, la formalización subvertida de la experiencia, la subversión de la subversión. La guerrilla del arte se transforma allí en arte de la guerrilla, y el sueño de participación colectiva en la participación de un sueño colectivo. La utilización óptima de los medios desde el punto de vista de la emancipación no consiste en difundir a través de ellos opiniones más o menos disonantes, sino en la doble estrategia de creación de redes difusas de contrainformación capaces de acoger y difundir los múltiples disensos y el desenmascaramiento del poder espectacular mediante intervenciones que interrumpan su discurso y lo enfrenten a sí mismo. El "espectro colectivo" Luther Blissett, constituido por una red internacional de activistas culturales no jerárquica ni organizada especializada en atacar los medios de comunicación, ha llevado a cabo diversas acciones en Italia que han sembrado el caos y la duda en los canales de información tanto oficiales como alternativos, dinamizando el debate sobre la utilización política de los medios con unos cuantos ejemplos prácticos. Su convocatoria de una huelga de arte para los años 2000-1 en España pretende ser un pulso vírico a la concentración de los medios, planteándose no como un "tiempo de silencio" sino como un "contexto de actuación" para cuestionar la organización global de la experiencia mediante acciones locales. Este tipo de acciones no pueden explicarse por sí mismas porque no apuntan a ninguna toma de poder, sino a la disolución de los poderes existentes. Su sentido hay que buscarlo más allá, en los propios medios de comunicación que construyen la realidad desde arriba y que promueven este tipo de intervenciones ritualizadas. La acción molecular se parece al atentado terrorista en que es un tipo de acción adaptado al medio, concebido para alcanzar resonancia a través de él, sacando provecho de su interacción perversa con lo que hasta nuestros días se ha venido llamando "realidad", manipulando la manipulación. No obstante se opone al juego del terror, que no es sino la cara oculta del poder y su complementario en la producción controlada y dosificada de miedo, en que es así mismo una acción que se inscribe en la mediación, detornándola y dándole un nuevo sentido, en vez de lanzar un pulso a la violencia imposible de ganar, más aún cuando ésta se disfraza de víctima con el hábito de la "virtud democrática".

iii. Del mismo modo que un virus no suele atacar aisladamente un cuerpo, la acción molecular tratará de vincularse a otras acciones, concebidas de modo concertado o sumadas a una tendencia visible. La erupción de varios focos de infección al mismo tiempo produce una sensación de epidemia que se realimenta a sí misma y desencadena replicaciones incontroladas del mismo fenómeno. La práctica habitual de la manifestaciones masivas, hoy normalizada y espectacularizada, alcanzaría probablemente mayor eficacia si se concertasen diversas acciones en diferentes puntos de la ciudad, produciéndose de modo sincrónico o sucesivo, apuntando a una misma reivindicación. Mientras que el sistema de dominación oficial es por definición siempre uno, y los intereses que confluyen en él se terminan canalizando en una dirección única, las motivaciones de los grupos de activistas son por definición fragmentarias y autónomas. Mientras la realidad que constituye el flujo unificado de información quiere ser interpretada siempre del mismo modo, nosotr@s no disponemos de una imagen cerrada del mundo que queremos. Mientras el problema es el mismo para tod@s las respuestas que cada un@ de nosotr@s es capaz de concebir son muchas. Es por ello que para enfrentar la globalización creciente de los discursos y de los poderes es preciso articular las diversas expresiones de lucha en un modelo descentralizado, desjerarquizado y difuso de organización en red, que no resulte opresivamente vinculante y fomente el apoyo mutuo. Los grupos y colectivos articulados en torno al I y II Encuentros por la Humanidad y contra el Neoliberalismo y la Red Internacional contra el Neoliberalismo constituyeron las expresiones más notables de este modo emergente de organización, que se inspira en las redes de información y las parasita. A pesar de que las condiciones han sido bastante precarias, estas iniciativas han logrado movilizar y poner en contacto rabias y entusiasmos de todo el planeta, y han llegado a constituir una red de contrainformación que ha puesto en cuestión en muchos casos la "versión oficial". En el campo de la expresión estética las redes descentralizadas de mail-art constituyen desde hace tiempo un paradigma experimental que ha mostrado su eficacia.

iv. El sentido de la filtración vírica es que la escritura del mundo que imponen los medios puede ser detornada, y que es factible concebir un uso instrumental de las ideas adecuado a fines utópicos. Ya hemos visto antes cómo plagio y subversión conforman las tácticas mediante las que el virus se reproduce a partir del código reapropiado y redireccionado de acuerdo con los propios fines. El plagio y la subversión, el redireccionamiento de los códigos de dominación inscritos en aquellas objetivaciones de lo real que le acaban dando forma, son los componentes también del desvío situacionista de obras de arte, películas, textos, carteles publicitarios y situaciones, y se manifiestan como las herramientas más eficaces para liberar y reapropiar el conocimiento y cuestionar la propiedad privada de las ideas. Mediante la práctica del desvío la conciencia alienada en el uso social resucita, desenmascara la naturaleza perversa de los discursos que se le imponen como contratipos de emergencias sociales y devuelve el beneficio del capital simbólico al dueño legítimo del deseo. La práctica del redireccionamiento de los discursos declina al mismo tiempo la invitación a producir y a consumir desaforadamente un flujo saturado de imágenes, permite construir una experiencia propia a partir de retazos del mundo visible, fomenta la conciencia crítica y evita muchos esfuerzos. Los derechos de propiedad intelectual se oponen tanto al carácter social y socializador de los discursos como a los intereses inmediatos de quienes los producen, y sólo son recompensados por el sistema en la misma medida en que ayudan a sostenerlo, constituyendo no otra cosa que un lastre para los que lo enfrentan radicalmente desde fuera.

v. Frente a un poder móvil, deslocalizado e invisible como el que plantean las modernas burocracias informatizadas es preciso funcionar sin una identidad fija que permita el reconocimiento, es preciso evitar ser nombrado por el enemigo para no exponerse a su "magia". El capital ha necesitado construir esas identidades fijas para poder parasitarlas, reproducirse a través de ellas y, en última instancia, poder aislar el elemento invasor y robarle su imagen. Habría que mantener el anonimato de la acción mientras ello fuese posible: no dar pistas a los agentes inmunológicos que transitan las instituciones. Pero este nuevo género de anonimato tiene fundamentos más sólidos que el simple temor al reconocimiento, ya que asume el componente social de nuestro mundo personal. El subcomandante Cero se cubría el rostro para no ser reconocido, pero el subcomandante Marcos lo hace para facilitar la identificación de sus congéneres y simpatizantes. Tod@s somos Marcos. La utilización de nombres múltiples como Karen Eliot o de espectros colectivos como Luther Blissett y la difusión de una actividad bajo tantas identidades como sean necesarias para desarrollar una "acción combinada" son dos alternativas complementarias.

Estos pocos retazos no pretenden definir una teoría de la acción vírica ni dar demasiadas pistas acerca de las emergencias a las que pudiera dar lugar. Tal intento de definición sería, por otro lado, contradictorio con su dinámica abierta e imprevisible. Se trataba sólo de dejar constancia de cómo las estrategias víricas de contaminación han sustituido eficazmente en la época moderna a las viejas dinámicas represivas, y de cómo los nuevos movimientos sociales comienzan a apropiarse de esas dinámicas. En cualquier caso, todas ellas expresan una nueva actitud frente a la construcción de lo real y su complejidad presente: ante la infección espectacular y contra las viejas ilusiones, defección en toda regla, proyección del descontento, producción sistemática de errores. Allí donde el lenguaje se ha convertido en disfraz de la economía, disfrázate con ropa vieja, utiliza los medios de modo fraudulento, multiplica las entidades y los eventos, estudia las dinámicas de posesión y ponlas en práctica. Tod@s somos pasajer@s poseíd@s, pero el análisis minucioso de esas dinámicas de posesión en el propio disfrute alienado nos permite disponer de una perspectiva. "Okupa o Resiste".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Acción estética Acción postal Adolfo Marchena Aeron Bergman y Alejandra Salinas AIR Aitor Onaindía Al-Ma Alabastro Alan Turner Alberto Conderana Alejandro Thornton Amador Savater amanita Amano 0 Amano 1 Amano 2 Amano 3 Amano 4 Amano 5 Amano 6 Amano 7 Amano 8 Amano 9 ambos Ana Lucas Ana Ortega Andrés Morte Angela Serna Anki Toner ANNA ANO Antonio Cantarero Antonio Dantas Antonio Gómez Antonio Langoyo Antonio Nelos Antonio Orihuela Antonio Pérez-Cares Añino Archivo Situacionista Hispano Arte Correo Arte Marrón Arte por fotocopia Artesaldo Asger Jorn Asociacione Psicogeográfica de Bologna Barry Smylie Bartolomé Ferrando Basilio Rivero Bertold Brecht Bill Brown Blues Visto Bob Jones BOEK Buitre No Come Alpiste Bureau Of Public Secrets Carles Hac Mor Carlos Barona Carlos T. Mori Carmen Cámara CCPLNDVCTDE Cecilia Cruz Olivares César Figueiredo César Otero César Pesqueras César Reglero Chema de Francisco cine citas y referencias Clemente Padín Coe Col.lectiu Reçerca collage cómic e ilustración Coordinadora de artistas kontra el Arte Corpá Cristina R. Alcalá crítica cultural crítica social Cuadernos Itinerantes Damego Dana Crane Dave-Baptiste Chirot decolage Demon Lugman deriva Dirk Schwarze Domingo Mestre Dorian Ribas Marinho Dragan Zivancevic Dug Brent E. A. Graphix Edgar Prodeo Edgardo-Antonio Vigo El Bellotino de oro El Club de los Estetas Patéticos El Cosmonauta Eléctrico El Lissitzky el relato El Terrible Burgués Elena Cabrera Elisa Velasco Elvis Pérez Emerenciano Encuentros por la Humanidad y contra el Neoliberalismo Encyclopédie des Nuisances entrevistas Eugenio Castro Extraños con Linternas Fanzine Amano fanzines Fausto Grossi Fernando Aguiar Fernando García Delgado Fernando Márquez Fernando Martínez Fernando Millán fotografía Foucault Genealogía de la prensa marginal española Gil G. Wolman Giordano Genghini grafiti Grupo Redondo Grupo Surrealista de Madrid Gustav Metzger Guy Bleus Guy Debord Hakim Bey Hans Braumüller Huelga de arte Ibirico Inismo Internacional Situacionista J. Seafree Jean Terrosian Jesús Camarero John Bennett John Held Jr. Jorge Matamoros Jose Luis Campal José Luis Castillejo José Manuel Rojo José Manuel Vázquez Juan Angel Fernández García Juan Angel Sáiz Manrique Juan José Espinosa Vargas Julia Masvernat Kalvellido Kamen Nedev Karen Eliot Ken Knabb Kike Babas Kike Turrón Kiki de Noche Koldo Guinea komandos de acción kultural anónima (kks) La Compañía La Guerrilla La Más Bella La Voz de mi Madre Laboratorio Excéntrico Laura Baigorri Lautréamont Lesoj Literatura Gris Lluís Guiu Soler López de Ael Los Incontrolados Luis Navarro Luis Ruid Lusmore Luther Blissett Mabel Quiñones Macromassa Maite Barrera Maldeojo manifiestos Manuel Almeida e Sousa Manuel Portela Mari Luz Bermejo Merz Mail Miguel Amorós Miguel Guzmán Misola Dorela mitopoiesis Molero Prior Monty Cantsin muerte del arte Mumia Abu-Jamal Mundo Corvo música experimental Narradores de la red Nel Amaro Nelo Vilar neoísmo net art Nidia Palomo Nietzsche Nikolaus Marr No Copyright nombres múltiples Not Bored nuara nuevas tecnologías Obra/Abre Orfilia P. O. Box Paul Nougé Pedro Gonzalves Pere Foix Pere Sousa performance Phayum pintura plagiarismo poesía visual Poetas desenchufados Preiswert Arbeitskollegen Producciones Imposibles prospectos del Laboratorio psicogeografía radikales livres Raffaelle Gallucci Refractor Resistencia Vírica Ribota Richard Paget Robert Filliou Roger Sesan Sign'zine Silvia Díaz Chica Sotos Spencer Selby Stewart Home Stidna Timothy C. Mayo Tomás Caro TOTEM Traficantes de Sueños United Artists Of The Museum Vda. de Blissett Vicente Muñoz Victor Zygonov Vittore Baroni Von Beetfarmer DeBoring Vanaygum y Poe Vórtice Walter Benjamin Wilderness Wu Ming Yolanda Pérez Herreras zaj